Porvenir en el ejercito

Pregunta

Aunque su padre había imaginado para él un brillante porvenir en el ejército, Hervé Joncour había acabado ganándose la vida con una insólita ocupación tan amable que, por singular ironía, traslucía un vago aire femenino.

Para vivir, Hervé Joncour compraba y vendía gusanos de seda.

Era 1861. Flaubert estaba escribiendo Salammbô. La luz eléctrica era todavía una hipótesis y Abraham Lincoln al otro lado del océano estaba combatiendo en una guerra cuyo final no vería.

Hervé Joncour tenía treinta y dos años.

Compraba y vendía.

Gusanos de seda.

Para ser más precisos, Hervé Joncour compraba y vendía los gusanos de seda cuando ser gusanos de seda consistía en ser minúsculos huevos, de color amarillo o gris, inmóviles y aparentemente muertos. Solo en la palma de una mano se podían sostener millares.

«Es lo que se dice tener una fortuna al alcance de la mano».

A principios de mayo los huevos se abrían, liberando una larva que, tras treinta días de enloquecida alimentación a base de hojas de morera, procedía a recluirse nuevamente en un capullo, para evadirse luego del mismo definitivamente dos semanas más tarde, dejando tras de sí un patrimonio que, en seda, se podía calcular en mil metros de hilo en crudo y, en dinero, en una buena cantidad de francos franceses; siempre y cuando todo ello acaeciera según las reglas y, como en el caso de Hervé Joncour, en alguna región de la Francia meridional.

Lavilledieu era el nombre del pueblo en que Hervé Joncour vivía.

Hélène el de su mujer.

No tenían hijos.

Para evitar los daños de las epidemias que cada vez más a menudo sufrían los viveros europeos, Hervé Joncour se lanzaba a comprar los huevos de gusano de seda más allá del Mediterráneo, en Siria y en Egipto. En esto consistía la parte más exquisitamente aventurada de su trabajo. Cada año, a principios de enero, partía. Atravesaba mil seiscientas millas de mar y ochocientos kilómetros de tierra. Seleccionaba los huevos, discutía el precio, los compraba. Después retornaba, atravesaba ochocientos kilómetros de tierra y mil seiscientas millas de mar y volvía a Lavilledieu, generalmente el primer domingo de abril, generalmente a tiempo para la misa mayor.

Trabajaba todavía dos semanas más para preparar los huevos y venderlos.

Durante el resto del año, descansaba.

Alessando Barrico Seda (fragmento). Disponible en: https://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/adelanto_seda.pdf

¿Cuál es la finalidad del tercer párrafo en relación con el resto del texto?

A) Dar a conocer elementos del contexto que serán importantes más adelante en el texto.

B) Contextualizar la narración en un tiempo determinado a través de momentos históricos conocidos.

C) Presentar momentos de la biografía del personaje que no aparecen en la narración pero que son importantes.

D) Hacer ostentación del gran conocimiento que tiene el autor sobre historia universal lo que lo faculta para escribir.

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