Objetivo
Objetivos
Objetivos
Objetivos
Grupo: Título del recurso
LE2M OA 08
Formular una interpretación de los textos literarios leídos o vistos, que sea coherente con su análisis, considerando: -Una hipótesis sobre el sentido de la obra, que muestre un punto de vista personal, histórico, social o universal. -Una crítica de la obra sustentada en citas o ejemplos. -Los antecedentes culturales que influyen en la visión que refleja la obra sobre temas como el destino, la muerte, la trascendencia, la guerra u otros. -La relación de la obra con la visión de mundo y el contexto histórico en el que se ambienta y/o en el que fue creada, ejemplificando dicha relación.
Clasificaciones
Curso: 2° Medio
Asignatura: Lenguaje y comunicación / Lengua y literatura
Eje: Lenguaje y Comunicación / Lectura
Textos Escolares oficiales 2022

Lengua y Literatura 2° Medio, Santillana, Texto del estudiante

Lengua y Literatura 2° medio, Santillana, Guía didáctica del docente Tomo 1

Lengua y Literatura 2° medio, Santillana, Guía didáctica del docente Tomo 2
Priorización
Evaluaciones del programa

Evaluación Programas - LE2M OA08 - OA12 - U4 - ELABORANDO UN TEXTO DRAMÁTICO
Imágenes y multimedia
Lecturas
Libros Biblioteca Digital Escolar (BDE)
Unidad 0
Unidad 0
Unidad 1Unidad 2Unidad 3Unidad 4
PriorizaciónUnidad 1Unidad 2Unidad 3Unidad 4
PriorizaciónUnidad 1Unidad 2Unidad 3Unidad 4
Indicadores
Indicadores unidades 1, 2, 3 y4
- Interpretan los textos literarios leídos, considerando su análisis literario, la visión de mundo reflejada en ellos y las características culturales de su contexto de producción.
- Evalúan las obras leídas o vistas, considerando criterios estéticos surgidos de su análisis literario.
Incorpora a tu evaluación las preguntas que te interesen pinchando "Agregar pregunta".
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Preguntas
Yo vi jugar a Jesús Trepaiana
Enunciado
Yo vi jugar a Jesús Trepaiana
Yo vi jugar a Jesús Trepiana con mis propios ojos
Y eso que todo lo que ven los ojos es ilusión
Pero yo lo vi jugar con estos ojos verdes
En el estadio Santa Laura pegadito a mi novia
Que era un asiento vacío
El vacío es forma la forma es vacío
Rememoro que esa tarde el Santa Laura tenía un aura
a gran coliseo deportivo
Más que el Nacional el 62
Más que el Sausalito en primavera
Más que en otoño el San Eugenio
Repito yo vi jugar al fabuloso Jesús Trepiana
Guardavallas de Unión Española
Por desgracia eterno reserva de Francisco Nitsche
Que también era extraordinario
Insustituible en el arco una especie de senador designado
de la portería roja
Qué chance le quedaba al pobre Jesús Trepiana
Francisco Nitsche tenía una hija se llamaba
Ana María Nitsche
De quien me enamoré a primera vista durante algunas horas
Cuando yo jugaba en las inferiores de Ferrobádminton
Ocurrió que fui a recoger una pelota a la pista de ceniza
Y vi su preciosa cara tras la reja de contención
Son amores fugacesque ni la fugacidad del tiempo esfuma
Pero vamos a lo nuestro que es lo más importante
Yo vi jugar a Jesús Trepiana con mis propios ojos
Ustedes no
Ustedes estaban en otra esperando algo
Algo intrascendente o la llegada del mesías
Yo ya había encontrado al auténtico mesías
En la persona de Jesús Trepiana
Tengo el recuerdo fresquito era el 5 de junio de 1967
Meses después del Mundial de Inglaterra
Lo vi jugar ataviado de blanco nieve bajo los tres palos del arco norte
Que daba a la avenida Independencia
Soy la persona más afortunada del mundo
Ustedes no vieron jugar a Jesús Trepiana
En qué andaban
Trepando posiciones corriendo la carrera de las ratas
Jamás me cansaré de reiterarlo
Yo vi jugar a Jesús Trepiana con estos ojos de lince
Yo puedo morir en paz
El resto es literatura.
Erick Pohlhammer.
¿Cuál es la forma poética que más se aproxima a la composición literaria "Yo vi jugar a Jesús Trepiana" de Erick Pohlhammer?
Alternativas
A) Una oda
B) Una elegía
C) Una sátira
D) Una égloga
Respuesta
A
Una oda es una composición poética en la cual el hablante lírico expresa con exaltación su admiración por algo o alguien como ocurre en el poema que se dedica a la figura de Jesús Trepiana en el que se alza una figura heroica legendaria que trasciende a las palabras que lo elogian por su fenomenal ejercicio. Por tanto el poema de Pohlhammer es una oda. En este contexto la alternativa correcta es la alternativa A.
El resto de las alternativas no tiene correspondencia con lo consultado ya que la elegía (alternativa B) es una composición que manifiesta un sentimiento de pesar; en tanto la sátira (alternativa C) es una composición que censura vicios o defectos individuales o colectivos; la égloga (alternativa D) es un poema de carácter pastoril; y el epitalamio (alternativa E) es una canción de bodas.
Banco de Preguntas [Banco de preguntas-LE2M OA08-1033797] Lenguaje y comunicación / Lengua y literatura 2M
Enunciado
Emigrantes de Shaun Tan: Las sensaciones del extranjero
Resumen de Bárbara Fiore (Editora)
¿Qué es lo que lleva a tanta gente a dejarlo todo atrás para viajar a un país desconocido donde nada tiene nombre y el futuro es una incógnita? Casi siempre es la necesidad y el ansia por encontrar un mejor porvenir en el país que nos recibe. Pero es un proceso muy duro porque toca lo más íntimo de nuestro ser: nuestra identidad.
Con este planteamiento el autor plantea una historieta que narra el viaje de un hombre que deja a su familia para partir a lo ignoto en un mundo fantástico y onírico que recuerda a los flujos migratorios de principios del siglo XX hacia Estados Unidos hacia donde marcharon esperanzados millones de europeos en pos de un futuro mejor.
Uno de los grandes aciertos es prescindir del lenguaje escrito durante toda la obra. Como dice el autor "el protagonista no puede leer ni comprender nada en el nuevo país así que el lector tampoco debería poder" por lo que el cómic no contiene ni una sola línea de diálogo o del narrador. Nuestro emigrante además se planta en un lugar donde todo es sutilmente diferente: desde los animales a los alimentos hasta la pura forma del mundo que ahora habita.
De esa manera Tan introduce temas como la difícil adaptación a otra cultura la importancia de la familia y las raíces de nuestra identidad. A través de los ojos del emigrante redescubrimos nuestro propio mundo que para él es un universo totalmente diferente con otras lenguas otras formas de vida otras costumbres. El cambio es radical y la adaptación lenta. Los grandes escenarios las arquitecturas surrealistas ejercen una poderosa atracción hacia el personaje. Es una adaptación por etapas: primero es el cabeza de familia el que llega a nuevas tierras y más tarde el resto de la familia. La espera la impaciencia el dolor por la lejanía son hitos en el camino como también lo es la felicidad por el reencuentro. Cuando todo el núcleo familiar ya ha aprehendido la nueva situación es momento de que el ciclo vuelva a iniciarse: así la novela gráfica termina con una imagen en la que la pequeña de la familia ayuda a una chica recién llegada dándole unas indicaciones. Todo vuelve a empezar.
Shaun Tan realiza un increíble soberbio trabajo de planificación y diseño con unas ilustraciones a toda página que maravillan al lector y lo empequeñecen como seguramente le ocurre al protagonista de la historia sobrepasado por la ciclópea y novedosa arquitectura de su nuevo país. El estilo inspirado en las viejas fotografías de color sepia (el autor mismo confiesa haberse inspirado en imágenes e historias de los inmigrantes que llegaron a América a principios de siglo XX) no puede ser más acorde con la historia.
Glosario:
Onírico: Perteneciente o relativo a los sueños.
Ciclópea: Que está hecha con enormes bloques de piedra superpuestos y generalmente sin argamasa.
De acuerdo al relato de la historieta Emigrantes de Shaun Tan ¿Con qué se compara esta experiencia?
Alternativas
A) Con procesos migratorios de población estadounidense.
B) Con el éxodo de la población hacia Europa.
C) Con los flujos migratorios de principios del siglo XX hacia Estados Unidos.
D) Recuerda las excursiones de estadounidenses buscando un mejor futuro.
Respuesta
C
Esta historieta recuerda a los flujos migratorios de principios del siglo XX hacia Estados Unidos hacia donde marcharon esperanzados millones de europeos en pos de un futuro mejor. La opción correcta es la letra "C".
Banco de Preguntas [Banco de preguntas-LE2M OA08-1048457] Lenguaje y comunicación / Lengua y literatura 2M
Enunciado
Los fantasmas acomodándose a las nuevas circunstancias empiezan a aficionarse a la mecánica. En el domicilio del marqués de Ely en Hove cerca de Brighton Londres ha hecho su misteriosa aparición un fantasma que no es tan misterioso por ser fantasma como por ser un fantasma exclusivamente fotogénico. En su departamento particular el joven marqués -25 años- tomó con luz artificial la fotografía de una amiga convencido de que estaba solo con ella. Pero la fotografía reveló que el marqués se equivocaba: además de ellos había un fantasma en la habitación. Un fantasma que nadie ha conocido personalmente sino en fotografía y que por consiguiente nadie puede decir cómo es en realidad pues no hay testimonio de que el conflictivo original y modernizado espectro sea igual o por lo menos parecido a sus retratos.
Gabriel García Márquez "La fotogenia del fantasma".
El contenido del texto permite afirmar que:
Alternativas
A) los personajes son criaturas supersticiosas que creen en fantasmas.
B) el fantasma es muy apegado a las costumbres de su época.
C) los únicos registros que existen del fantasma son fotográficos.
D) el Marqués ha intentado recoger pruebas de la existencia del espectro.
Respuesta
C
En el cuento se afirma que nadie sabe cómo es en realidad el fantasma pues el único testimonio de este son las fotografías.
Contraste de culturas
Enunciado
Texto 1
"Cuando así hubo hablado se sentó. Levantose entre ellos Calconte Téstorida el mejor de los augures - conocía lo presente lo futuro y lo pasado y había guiado las naves aqueas hasta Ilión por medio del arte adivinatorio que le diera a Febo Apolo- benévolo le arengó diciendo: (…)"
Homero "La Ilíada".
Texto 2
¡Que el dios Lugalbanda
durante la noche diga la palabra que te alegre!
¡Que no se aleje de ti para que tu deseo se cumpla!
¡Que él restablezca tu fama como la de un joven héroe!
Anónimo "Poema de Gilgamesh".
De acuerdo a lo expresado en los fragmentos anteriores ¿qué tienen en común ambos poemas?
Alternativas
A) En ambos poemas los dioses tienen influencia sobre la vida de los hombres.
B) En ambos poemas es común que los hombres puedan adivinar el futuro y el pasado.
C) En ambos poemas los jóvenes héroes se sienten atormentados durante sus viajes.
D) En ambos poemas las rutas de los viajeros siempre estaban llenas de peligros.
Respuesta
A
Ambos textos aluden a los dioses como fuerzas capaces de intervenir en la vida de los hombres ya sea otorgándoles dones especiales o bien favoreciendo las empresas que emprenden.
Lo que importa es la obra
Enunciado
Lo que importa es la obra.
Se desarrolla en un castillo junto a la playa en Italia.
PRIMER ACTO
Un cuarto de huéspedes ornamentado en un precioso castillo a la orilla del mar. Puertas a la derecha y a la izquierda. Sala de estar a la mitad del escenario: sofá mesa y dos sillones. Grandes ventanas en la parte posterior. Noche estrellada. El escenario está oscuro. Cuando sube el telón se oye que unos hombres conversan en voz alta detrás de la puerta a la izquierda. La puerta se abre y entran tres señores de esmoquin. Uno de ellos enciende la luz de inmediato. Caminan al centro en silencio y se paran alrededor de la mesa. Se sientan a la vez Gál en el sillón de la izquierda Turai en el que está a la derecha y Ádám en el sofá en medio. Se hace un silencio muy largo casi incómodo. Se estiran cómodamente. Silencio. Y luego:
GÁL
¿Por qué estás tan pensativo?
TURAI
Estoy pensando en lo difícil que es empezar una obra. Presentar a todos los personajes principales al principio cuando todo comienza.
ÁDÁM
Supongo que debe de ser difícil.
TURAI
Lo es - endiabladamente difícil. La obra comienza. El público se calla. Los actores entran en el escenario y el tormento comienza. Es una eternidad a veces pasa hasta un cuarto de hora antes de que el público descubra quién es quién y qué están por hacer.
GÁL
¡Qué cerebro tan peculiar tienes! ¿No puedes olvidarte de tu profesión ni por un solo momento?
TURAI
No puedo hacer eso.
GÁL
No pasa ni media hora sin que hables de teatro de actores de obras. Hay otras cosas en el mundo.
TURAI
No no las hay. Soy un dramaturgo. Ésa es mi maldición.
GÁL
No debes convertirte en un esclavo de tu profesión.
TURAI
Si no la dominas tú eres su esclavo. No hay término medio. Créeme que no es broma comenzar bien una obra. Es uno de los problemas más arduos de la técnica teatral. Presentar a tus personajes rápidamente. Veamos esta escena de nosotros tres aquí. Tres señores en traje de esmoquin. Digamos que entran no en este cuarto en este castillo señorial sino más bien en un escenario justo cuando empieza una obra. Tendrían que hablar sobre una gran cantidad de temas poco interesantes hasta que saliera a la luz quiénes somos. ¿No sería mucho más fácil empezar todo esto parándonos y presentándonos? Se para . Buenas noches. Nosotros tres somos invitados en este castillo. Acabamos de llegar del comedor donde tuvimos una cena excelente y nos bebimos dos botellas de champaña. Me llamo Sándor Turai soy dramaturgo he estado escribiendo obras de teatro durante treinta años ésa es mi profesión. Punto aparte. Tu turno.
GÁL
Se para . Me llamo Gál también soy dramaturgo. También escribo obras de teatro todas en colaboración con este caballero aquí presente. Somos un dúo de famosos dramaturgos. Todos los programas de teatro de buenas comedias y operetas dicen: escrita por Gál y Turai.
Evidentemente ésta también es mi profesión.
GÁL y TURAI
Juntos. Y este muchacho ...
ÁDÁM
Se para. Este muchacho si me lo permiten es Albert Ádám compositor de veinticinco años. Escribí la música para estos señores para su última opereta. Éste es mi primer trabajo para el teatro. Estos dos ángeles de avanzada edad me han descubierto y ahora con su ayuda me gustaría volverme famoso. Hicieron que me invitaran a este castillo. Me mandaron hacer mi frac y mi traje de etiqueta. En otras palabras por ahora soy pobre y desconocido. Además soy huérfano y mi abuela me crió. Mi abuela ya murió. Estoy solo en este mundo. No tengo nombre ni dinero.
TURAI
Pero eres joven.
GÁL
Y talentoso.
ÁDÁM
Y estoy enamorado de la solista.
TURAI
No debiste haber agregado eso. Todos en el público lo habrían deducido de todas formas.
Todos se sientan.
TURAI
Ahora bien ¿no sería ésta la forma más fácilde comenzar una obra?
GÁL
Si se nos permitiera hacer esto sería fácil escribir obras.
TURAI
Créanme que no es tan arduo. Sólo piensen en todo esto como ...
GÁL
Muy bien muy bien muy bien no empiecen a hablar del teatro otra vez. Estoy harto. Hablaremos mañana si ustedes quieren.
"Lo que importa es la obra" es el comienzo de una obra del dramaturgo húngaro Ferenc Molnár.
"Es una eternidad a veces pasa hasta un cuarto de hora..."
Según Turai ¿por qué un cuarto de hora es "una eternidad"?
Alternativas
A) Es mucho tiempo para esperar que el público se quede quieto en un teatro lleno.
B) Parece que pasarán años antes de que al principio de una obra se aclare la situación.
C) Siempre parece que le toma mucho tiempo al dramaturgo escribir el principio de una obra.
D) Parece que el tiempo avanza lentamente cuando sucede un acontecimiento importante en una obra.
Respuesta
B
Se actualizará pronto.
Lo que importa es la obra
Enunciado
Lo que importa es la obra.
Se desarrolla en un castillo junto a la playa en Italia.
PRIMER ACTO
Un cuarto de huéspedes ornamentado en un precioso castillo a la orilla del mar. Puertas a la derecha y a la izquierda. Sala de estar a la mitad del escenario: sofá mesa y dos sillones. Grandes ventanas en la parte posterior. Noche estrellada. El escenario está oscuro. Cuando sube el telón se oye que unos hombres conversan en voz alta detrás de la puerta a la izquierda. La puerta se abre y entran tres señores de esmoquin. Uno de ellos enciende la luz de inmediato. Caminan al centro en silencio y se paran alrededor de la mesa. Se sientan a la vez Gál en el sillón de la izquierda Turai en el que está a la derecha y Ádám en el sofá en medio. Se hace un silencio muy largo casi incómodo. Se estiran cómodamente. Silencio. Y luego:
GÁL
¿Por qué estás tan pensativo?
TURAI
Estoy pensando en lo difícil que es empezar una obra. Presentar a todos los personajes principales al principio cuando todo comienza.
ÁDÁM
Supongo que debe de ser difícil.
TURAI
Lo es - endiabladamente difícil. La obra comienza. El público se calla. Los actores entran en el escenario y el tormento comienza. Es una eternidad a veces pasa hasta un cuarto de hora antes de que el público descubra quién es quién y qué están por hacer.
GÁL
¡Qué cerebro tan peculiar tienes! ¿No puedes olvidarte de tu profesión ni por un solo momento?
TURAI
No puedo hacer eso.
GÁL
No pasa ni media hora sin que hables de teatro de actores de obras. Hay otras cosas en el mundo.
TURAI
No no las hay. Soy un dramaturgo. Ésa es mi maldición.
GÁL
No debes convertirte en un esclavo de tu profesión.
TURAI
Si no la dominas tú eres su esclavo. No hay término medio. Créeme que no es broma comenzar bien una obra. Es uno de los problemas más arduos de la técnica teatral. Presentar a tus personajes rápidamente. Veamos esta escena de nosotros tres aquí. Tres señores en traje de esmoquin. Digamos que entran no en este cuarto en este castillo señorial sino más bien en un escenario justo cuando empieza una obra. Tendrían que hablar sobre una gran cantidad de temas poco interesantes hasta que saliera a la luz quiénes somos. ¿No sería mucho más fácil empezar todo esto parándonos y presentándonos? Se para . Buenas noches. Nosotros tres somos invitados en este castillo. Acabamos de llegar del comedor donde tuvimos una cena excelente y nos bebimos dos botellas de champaña. Me llamo Sándor Turai soy dramaturgo he estado escribiendo obras de teatro durante treinta años ésa es mi profesión. Punto aparte. Tu turno.
GÁL
Se para . Me llamo Gál también soy dramaturgo. También escribo obras de teatro todas en colaboración con este caballero aquí presente. Somos un dúo de famosos dramaturgos. Todos los programas de teatro de buenas comedias y operetas dicen: escrita por Gál y Turai.
Evidentemente ésta también es mi profesión.
GÁL y TURAI
Juntos. Y este muchacho ...
ÁDÁM
Se para. Este muchacho si me lo permiten es Albert Ádám compositor de veinticinco años. Escribí la música para estos señores para su última opereta. Éste es mi primer trabajo para el teatro. Estos dos ángeles de avanzada edad me han descubierto y ahora con su ayuda me gustaría volverme famoso. Hicieron que me invitaran a este castillo. Me mandaron hacer mi frac y mi traje de etiqueta. En otras palabras por ahora soy pobre y desconocido. Además soy huérfano y mi abuela me crió. Mi abuela ya murió. Estoy solo en este mundo. No tengo nombre ni dinero.
TURAI
Pero eres joven.
GÁL
Y talentoso.
ÁDÁM
Y estoy enamorado de la solista.
TURAI
No debiste haber agregado eso. Todos en el público lo habrían deducido de todas formas.
Todos se sientan.
TURAI
Ahora bien ¿no sería ésta la forma más fácilde comenzar una obra?
GÁL
Si se nos permitiera hacer esto sería fácil escribir obras.
TURAI
Créanme que no es tan arduo. Sólo piensen en todo esto como ...
GÁL
Muy bien muy bien muy bien no empiecen a hablar del teatro otra vez. Estoy harto. Hablaremos mañana si ustedes quieren.
"Lo que importa es la obra" es el comienzo de una obra del dramaturgo húngaro Ferenc Molnár.
En general ¿qué está haciendo el dramaturgo Molnár en este extracto?
Alternativas
A) Está mostrando la forma en que cada personaje resolverá sus propios problemas.
B) Está haciendo que sus personajes demuestren cómo es una eternidad en una obra de teatro.
C) Está dando un ejemplo de una típica y tradicional escena inicial de una obra de teatro.
D) Está utilizando a los personajes para que representen uno de sus propios problemas creativos.
Respuesta
D
Se actualizará pronto.
Macondo
Enunciado
MACONDO
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones la gente de Macondo no sabía por dóndeempezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león porque un personaje muerto y sepultado en una película y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde a instancias de don Bruno Crespi explicó mediante un bando que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos de modo que optaron por no volver al cine considerando que ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
El texto que aparece en la página anterior está tomado de una novela. En esta parte del relato el ferrocarril y la electricidad acaban de llegar al pueblo imaginario de Macondo y el primer cine recién se ha inaugurado.
Al final del texto ¿por qué decidieron los habitantes de Macondo no volver al cine?
Alternativas
A) Querían divertirse y distraerse pero descubrieron que las películas eran realistas y deprimentes.
B) No podían pagar el precio de las entradas.
C) Preferían reservar sus emociones para los acontecimientos de la vida real.
D) Buscaban implicarse emocionalmente pero las películas les parecieron aburridas poco convincentes y de mala calidad.
Respuesta
C
Macondo
Enunciado
MACONDO
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones la gente de Macondo no sabía por dóndeempezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león porque un personaje muerto y sepultado en una película y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde a instancias de don Bruno Crespi explicó mediante un bando que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos de modo que optaron por no volver al cine considerando que ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
El texto que aparece en la página anterior está tomado de una novela. En esta parte del relato el ferrocarril y la electricidad acaban de llegar al pueblo imaginario de Macondo y el primer cine recién se ha inaugurado.
¿Quiénes son los "seres imaginarios" de los que se habla en la última línea del texto?
Alternativas
A) Fantasmas.
B) Atracciones de parques de entretenciones.
C) Personajes de las películas.
D) Actores.
Respuesta
C
La motocicleta
Enunciado
LA MOTOCICLETA
¿Alguna vez te has despertado con la sensación de que algo no anda bien?
Éste era uno de esos días.
Me senté en la cama.
Poco después abrí las cortinas.
El día estaba horrible - llovía a cántaros.
Luego miré hacia el patio.
¡Sí! Ahí estaba - la motocicleta.
Estaba tan dañada como la noche anterior.
Y me estaba comenzando a doler la pierna.
Algo le había sucedido a la persona de la historia la noche anterior. ¿Qué fue?
Alternativas
A) El mal tiempo había dañado la motocicleta.
B) El mal tiempo había impedido que la persona pudiera salir.
C) La persona había comprado una nueva motocicleta.
D) La persona había sufrido un accidente en la motocicleta.
Respuesta
D
La motocicleta
Enunciado
LA MOTOCICLETA
¿Alguna vez te has despertado con la sensación de que algo no anda bien?
Éste era uno de esos días.
Me senté en la cama.
Poco después abrí las cortinas.
El día estaba horrible - llovía a cántaros.
Luego miré hacia el patio.
¡Sí! Ahí estaba - la motocicleta.
Estaba tan dañada como la noche anterior.
Y me estaba comenzando a doler la pierna.
"Éste era uno de esos días".
¿Qué tipo de día resultó ser este?
Alternativas
A) Un buen día.
B) Un mal día.
C) Un día emocionante.
D) Un día aburrido.
Respuesta
B
La motocicleta
Enunciado
LA MOTOCICLETA
¿Alguna vez te has despertado con la sensación de que algo no anda bien?
Éste era uno de esos días.
Me senté en la cama.
Poco después abrí las cortinas.
El día estaba horrible - llovía a cántaros.
Luego miré hacia el patio.
¡Sí! Ahí estaba - la motocicleta.
Estaba tan dañada como la noche anterior.
Y me estaba comenzando a doler la pierna.
¿Por qué el escritor comienza la historia con una pregunta?
Alternativas
A) Porque el escritor quiere saber la respuesta.
B) Para involucrar al lector en la historia.
C) Porque la pregunta es difícil de responder.
D) Para recordar al lector que este tipo de experiencia es rara.
Respuesta
B
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas el general espartano quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo los hechos no se presentan como meras anécdotas sino más bien se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C) el gobernante ateniense el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos sino que más bien es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre por atribuirse no a unos pocos sino a los más es Democracia. A todo el mundo asiste de acuerdo con nuestras leyes la igualdad de derechos en las disensiones particulares mientras que para los honores si se hace distinción en algún campo no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes entre ellas sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra por lo que para los atenienses los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
¿Por qué Tucídides fue obligado a vivir en el exilio?
Alternativas
A) No fue capaz de lograr la victoria para los atenienses en Anfípolis.
B) Se apoderó de una flota en Anfípolis.
C) Recopiló información de los dos bandos en guerra.
D) Desertó de las filas atenienses para luchar con los espartanos.
Respuesta
A
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas el general espartano quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo los hechos no se presentan como meras anécdotas sino más bien se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C) el gobernante ateniense el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos sino que más bien es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre por atribuirse no a unos pocos sino a los más es Democracia. A todo el mundo asiste de acuerdo con nuestras leyes la igualdad de derechos en las disensiones particulares mientras que para los honores si se hace distinción en algún campo no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes entre ellas sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra por lo que para los atenienses los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
De acuerdo con el texto ¿qué hizo que Tucídides fuera diferente a los otros historiadores de su tiempo?
Alternativas
A) Escribió sobre la gente común y corriente no sobre héroes.
B) Usó anécdotas en lugar de sólo hechos.
C) Explicó los eventos históricos al referirse a sus causas sobrenaturales.
D) Se concentró en qué hacía que la gente actuara de la forma en que lo hizo.
Respuesta
D
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas el general espartano quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo los hechos no se presentan como meras anécdotas sino más bien se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C) el gobernante ateniense el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos sino que más bien es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre por atribuirse no a unos pocos sino a los más es Democracia. A todo el mundo asiste de acuerdo con nuestras leyes la igualdad de derechos en las disensiones particulares mientras que para los honores si se hace distinción en algún campo no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes entre ellas sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra por lo que para los atenienses los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
Lee esta parte del texto cerca del final de la Parte B:
"Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas".
¿Cuál de las siguientes oraciones resume mejor esta parte del texto?
Alternativas
A) El sistema de gobierno en Atenas permite que cualquier persona pueda crear leyes.
B) La entretención y la belleza son parte de la buena vida que se puede tener en Atenas.
C) Los atenienses viven con demasiado lujo y no pueden tomarse la vida en serio.
D) La vida pública y privada son consideradas la misma cosa.
Respuesta
B
Destino Buenos Aires
Enunciado
DESTINO BUENOS AIRES
Y así fue como los tres aviones de correo provenientes de la Patagonia$^1$ Chile y Paraguay volvían desde el Sur el Oeste y el Norte hacia Buenos Aires. Allí esperaban su carga para que el avión hacia Europa pudiera despegar alrededor de la medianoche.
Los tres pilotos cada uno detrás de una máquina que pesaba como una barcaza meditaban su vuelo perdidos en la noche. Luego descenderían lentamente desde su cielo tormentoso o tranquilo hacia la enorme ciudad como campesinos extraños que descienden de sus montañas.
Rivière que era el responsable de toda la operación caminaba de un lado a otro en la pista de aterrizaje de Buenos Aires. Permanecía en silencio pues hasta que los tres aviones hubieran llegado la jornada era temible. Minuto tras minuto a medida que los telegramas le iban llegando Rivière estaba consciente de arrancarle algo al destino de ganarle un trozo a lo desconocido de rescatar de la noche a sus tripulaciones y dejarlas a salvo en la costa.
Uno de los hombres vino hacia Rivière para entregarle un mensaje por radio:
El correo de Chile informa que puede ver las luces de Buenos Aires.
Bien.
Al poco rato Rivière oiría el avión; la noche lo arrojaba ya tal como el mar lleno de flujos reflujos y misterios arroja a la playa un tesoro largamente bamboleado. Más tarde devolvería a los otros dos.
Sólo entonces la jornada habría terminado. Cuando las tripulaciones agotadas se fueran a dormir y hubieran sido reemplazadas por nuevas tripulaciones. Pero tampoco Rivière podría descansar todavía: el correo desde Europa a su vez lo cargaría de inquietudes. Y siempre sería así. Siempre.
Antoine de Saint Exupéry. Vol de Nuit Ediciones Gallimard.
$^1$Región ubicada al sur de Chile y Argentina.
¿Qué sucede con el personaje principal de este texto?
Alternativas
A) Recibe una sorpresa desagradable.
B) Decide cambiar de trabajo.
C) Espera que algo suceda.
D) Aprende a escuchar a otros.
Respuesta
C
Destino Buenos Aires
Enunciado
DESTINO BUENOS AIRES
Y así fue como los tres aviones de correo provenientes de la Patagonia$^1$ Chile y Paraguay volvían desde el Sur el Oeste y el Norte hacia Buenos Aires. Allí esperaban su carga para que el avión hacia Europa pudiera despegar alrededor de la medianoche.
Los tres pilotos cada uno detrás de una máquina que pesaba como una barcaza meditaban su vuelo perdidos en la noche. Luego descenderían lentamente desde su cielo tormentoso o tranquilo hacia la enorme ciudad como campesinos extraños que descienden de sus montañas.
Rivière que era el responsable de toda la operación caminaba de un lado a otro en la pista de aterrizaje de Buenos Aires. Permanecía en silencio pues hasta que los tres aviones hubieran llegado la jornada era temible. Minuto tras minuto a medida que los telegramas le iban llegando Rivière estaba consciente de arrancarle algo al destino de ganarle un trozo a lo desconocido de rescatar de la noche a sus tripulaciones y dejarlas a salvo en la costa.
Uno de los hombres vino hacia Rivière para entregarle un mensaje por radio:
El correo de Chile informa que puede ver las luces de Buenos Aires.
Bien.
Al poco rato Rivière oiría el avión; la noche lo arrojaba ya tal como el mar lleno de flujos reflujos y misterios arroja a la playa un tesoro largamente bamboleado. Más tarde devolvería a los otros dos.
Sólo entonces la jornada habría terminado. Cuando las tripulaciones agotadas se fueran a dormir y hubieran sido reemplazadas por nuevas tripulaciones. Pero tampoco Rivière podría descansar todavía: el correo desde Europa a su vez lo cargaría de inquietudes. Y siempre sería así. Siempre.
Antoine de Saint Exupéry. Vol de Nuit Ediciones Gallimard.
$^1$Región ubicada al sur de Chile y Argentina.
De acuerdo con el penúltimo párrafo ("Al poco rato…") ¿en qué se parecen la noche y el mar?
Alternativas
A) Ambos esconden lo que tienen en su interior.
B) Ambos son ruidosos.
C) Ambos han sido conquistados por los humanos.
D) Ambos son peligrosos para los humanos.
Respuesta
A
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
¿Cuál es la situación de la mujer al comienzo del cuento?
Alternativas
A) Está demasiado débil para dejar la casa después de días sin comida.
B) Se está defendiendo de un animal salvaje.
C) Su casa ha quedado rodeada por una inundación.
D) Un río desbordado ha arrasado con su casa.
Respuesta
C
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
``Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose..."
¿Qué le ocurrió a la casa en esta parte del cuento?
Alternativas
A) Se derrumbó.
B) Empezó a flotar.
C) Chocó contra el roble.
D) Se hundió hasta el fondo del río.
Respuesta
B
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
Cuando la mujer dice "y luego me encargaré de ti" quiere decir...
Alternativas
A) que está segura de que el felino no la dañará.
B) que está tratando de asustar al felino.
C) que tiene la intención de disparar al felino.
D) que está planeando alimentar al felino.
Respuesta
C
Amanda y la duquesa
Enunciado
AMANDA Y LA DUQUESA
TEXTO 1
AMANDA Y LA DUQUESA
Resumen:
Desde la muerte de Leocadia el Príncipe que estaba enamorado de ella no ha tenido consuelo. En una tienda llamada Réséda Soeurs la Duquesa que es tía del Príncipe ha encontrado a una joven vendedora Amanda que se parece increíblemente a Leocadia. La Duquesa desea que Amanda la ayude a liberar al Príncipe de los recuerdos que lo persiguen.
Un cruce de caminos en los jardines del castillo un banco circular alrededor de un pequeño obelisco... cae la tarde.
AMANDA
Todavía no entiendo. ¿Qué puedo hacer yo por él señora? No puedo creer que haya pensado en la posibilidad... y ¿por qué yo? No soy especialmente bella. E incluso si alguien fuera muy bella ¿quién podría interponerse de repente entre él y sus recuerdos?
LA DUQUESA
Nadie excepto usted.
AMANDA sinceramente sorprendida
¿Yo?
LA DUQUESA
El mundo es tan tonto hija mía. Sólo ve desfiles gestos insignias oficiales… debe ser por eso que nunca se lo han dicho. Pero mi corazón no me engaña. Casi grité en Réséda Soeurs la primera vez que la vi. Para alguien que conocía de ella más que sólo su imagen pública usted es el vivo retrato de Leocadia.
Un silencio. Los pájaros nocturnos han tomado ya el lugar de los de la tarde. Los patios se han llenado de sombras y gorjeos.
AMANDA muy amablemente
Realmente no creo que pueda señora. No tengo nada no soy nadie y esos enamorados... ésa era mi fantasía. ¿Me entiende?
Se levanta. Como si estuviera a punto de irse toma su pequeña maleta.
LA DUQUESA también amablemente y muy desanimada
Por supuesto querida. Discúlpeme.
Ella a su vez se levanta con dificultad como una anciana. Se oye la campanilla de una bicicleta en el aire de la noche; ella se sobresalta.
¡Escuche…es él! Sólo deje que la vea apoyada en este pequeño obelisco donde la conoció. Deje que la vea aunque sólo sea esta única vez deje que le grite algo que se interese de repente por su parecido mediante esta estratagema que le confesaré mañana y por la que me odiará; cualquier cosa antes de que esta muerta me lo arrebate con seguridad uno de estos días... (la coge por el brazo). Lo hará ¿verdad? Se lo suplico humildemente señorita. (La mira implorándole y añade enseguida:) Y entonces de esa manera usted lo verá también. Y… siento cómo me ruborizo de nuevo al decirle esto. -¡La vida es tan loca! Ésta es la tercera vez que me ruborizo en sesenta años y la segunda en diez minutos- lo verá y si él pudiera alguna vez (¿por qué no él si es guapo encantador y no sería el primero?) si él pudiera tener la buena suerte para él y para mí de ser por un instante su fantasía… La campanilla suena otra vez en las sombras pero ahora muy cerca.
AMANDA en un susurro
¿Qué debo decirle?
LA DUQUESA apretándole el brazo
Dígale simplemente: "Perdone señor ¿puede decirme por dónde se va al mar?"
Se apresura hacia las sombras más oscuras de los árboles. Justo a tiempo. Aparece una pálida mancha borrosa. Es el Príncipe en su bicicleta. Pasa muy cerca de la borrosa mancha de Amanda junto al obelisco. Ella murmura.
AMANDA
Perdone señor…
Él se detiene baja de la bicicleta se quita el sombrero y la mira.
EL PRÍNCIPE
¿Sí?
AMANDA
¿Puede decirme por dónde se va al mar?
EL PRÍNCIPE
Tome la segunda calle a la izquierda.
Hace una reverencia triste y cortésmente vuelve a montar la bicicleta y se aleja. La campanilla vuelve a oírse en la distancia. La Duquesa sale de las sombras mucho más envejecida.
AMANDA suavemente después de un momento
No me reconoció…
LA DUQUESA
Estaba oscuro…Y además ¿quién sabe qué rostro le atribuye él a ella ahora en sus sueños? (Pregunta tímidamente). El último tren ya ha partido señorita. En todo caso ¿no le gustaría quedarse en el castillo esta noche?
AMANDA con voz extraña
Sí señora.
Está completamente oscuro. Ya no se las puede ver entre las sombras y sólo se oye el viento entre los enormes árboles de los jardines.
CAE EL TELÓN
TEXTO 2
DEFINICIONES DE ALGUNOS OFICIOS DEL TEATRO
Actor: interpreta el papel de un personaje en escena.
Director: dirige y supervisa todos los aspectos de una obra. No sólo ubica a los actores coordina sus entradas y salidas y dirige su actuación sino que también sugiere el modo de interpretar el guión.
Encargados de vestuario: fabrican el vestuario a partir de un modelo.
Diseñador de escenografía: diseña modelos de escenografías y vestuario. Después estos modelos son fabricados a medida en los talleres.
Productor escénico: se encarga de buscar la utilería necesaria. La palabra "utilería" se usa para designar todo lo que se puede mover: sillones cartas lámparas ramos de flores etc. La escenografía y el vestuario no forman parte de la utilería.
Técnico de sonido: se encarga de todos los efectos de sonido necesarios para la producción. Permanece en los controles durante la representación.
Asistente o técnico de iluminación: se encarga de la iluminación. También permanece en los controles durante la representación. La iluminación es tan sofisticada que un teatro bien equipado puede ocupar a más de diez técnicos de iluminación.
¿De qué se trata este fragmento de la obra de teatro?
La Duquesa planea un truco:
Alternativas
A) para hacer que el Príncipe vaya a verla más a menudo.
B) para hacer que el Príncipe tome finalmente la decisión de casarse.
C) para hacer que Amanda logre que el Príncipe olvide su dolor.
D) para hacer que Amanda se vaya a vivir al castillo con ella.
Respuesta
C
Amanda y la duquesa
Enunciado
AMANDA Y LA DUQUESA
TEXTO 1
AMANDA Y LA DUQUESA
Resumen:
Desde la muerte de Leocadia el Príncipe que estaba enamorado de ella no ha tenido consuelo. En una tienda llamada Réséda Soeurs la Duquesa que es tía del Príncipe ha encontrado a una joven vendedora Amanda que se parece increíblemente a Leocadia. La Duquesa desea que Amanda la ayude a liberar al Príncipe de los recuerdos que lo persiguen.
Un cruce de caminos en los jardines del castillo un banco circular alrededor de un pequeño obelisco... cae la tarde.
AMANDA
Todavía no entiendo. ¿Qué puedo hacer yo por él señora? No puedo creer que haya pensado en la posibilidad... y ¿por qué yo? No soy especialmente bella. E incluso si alguien fuera muy bella ¿quién podría interponerse de repente entre él y sus recuerdos?
LA DUQUESA
Nadie excepto usted.
AMANDA sinceramente sorprendida
¿Yo?
LA DUQUESA
El mundo es tan tonto hija mía. Sólo ve desfiles gestos insignias oficiales… debe ser por eso que nunca se lo han dicho. Pero mi corazón no me engaña. Casi grité en Réséda Soeurs la primera vez que la vi. Para alguien que conocía de ella más que sólo su imagen pública usted es el vivo retrato de Leocadia.
Un silencio. Los pájaros nocturnos han tomado ya el lugar de los de la tarde. Los patios se han llenado de sombras y gorjeos.
AMANDA muy amablemente
Realmente no creo que pueda señora. No tengo nada no soy nadie y esos enamorados... ésa era mi fantasía. ¿Me entiende?
Se levanta. Como si estuviera a punto de irse toma su pequeña maleta.
LA DUQUESA también amablemente y muy desanimada
Por supuesto querida. Discúlpeme.
Ella a su vez se levanta con dificultad como una anciana. Se oye la campanilla de una bicicleta en el aire de la noche; ella se sobresalta.
¡Escuche…es él! Sólo deje que la vea apoyada en este pequeño obelisco donde la conoció. Deje que la vea aunque sólo sea esta única vez deje que le grite algo que se interese de repente por su parecido mediante esta estratagema que le confesaré mañana y por la que me odiará; cualquier cosa antes de que esta muerta me lo arrebate con seguridad uno de estos días... (la coge por el brazo). Lo hará ¿verdad? Se lo suplico humildemente señorita. (La mira implorándole y añade enseguida:) Y entonces de esa manera usted lo verá también. Y… siento cómo me ruborizo de nuevo al decirle esto. -¡La vida es tan loca! Ésta es la tercera vez que me ruborizo en sesenta años y la segunda en diez minutos- lo verá y si él pudiera alguna vez (¿por qué no él si es guapo encantador y no sería el primero?) si él pudiera tener la buena suerte para él y para mí de ser por un instante su fantasía… La campanilla suena otra vez en las sombras pero ahora muy cerca.
AMANDA en un susurro
¿Qué debo decirle?
LA DUQUESA apretándole el brazo
Dígale simplemente: "Perdone señor ¿puede decirme por dónde se va al mar?"
Se apresura hacia las sombras más oscuras de los árboles. Justo a tiempo. Aparece una pálida mancha borrosa. Es el Príncipe en su bicicleta. Pasa muy cerca de la borrosa mancha de Amanda junto al obelisco. Ella murmura.
AMANDA
Perdone señor…
Él se detiene baja de la bicicleta se quita el sombrero y la mira.
EL PRÍNCIPE
¿Sí?
AMANDA
¿Puede decirme por dónde se va al mar?
EL PRÍNCIPE
Tome la segunda calle a la izquierda.
Hace una reverencia triste y cortésmente vuelve a montar la bicicleta y se aleja. La campanilla vuelve a oírse en la distancia. La Duquesa sale de las sombras mucho más envejecida.
AMANDA suavemente después de un momento
No me reconoció…
LA DUQUESA
Estaba oscuro…Y además ¿quién sabe qué rostro le atribuye él a ella ahora en sus sueños? (Pregunta tímidamente). El último tren ya ha partido señorita. En todo caso ¿no le gustaría quedarse en el castillo esta noche?
AMANDA con voz extraña
Sí señora.
Está completamente oscuro. Ya no se las puede ver entre las sombras y sólo se oye el viento entre los enormes árboles de los jardines.
CAE EL TELÓN
TEXTO 2
DEFINICIONES DE ALGUNOS OFICIOS DEL TEATRO
Actor: interpreta el papel de un personaje en escena.
Director: dirige y supervisa todos los aspectos de una obra. No sólo ubica a los actores coordina sus entradas y salidas y dirige su actuación sino que también sugiere el modo de interpretar el guión.
Encargados de vestuario: fabrican el vestuario a partir de un modelo.
Diseñador de escenografía: diseña modelos de escenografías y vestuario. Después estos modelos son fabricados a medida en los talleres.
Productor escénico: se encarga de buscar la utilería necesaria. La palabra "utilería" se usa para designar todo lo que se puede mover: sillones cartas lámparas ramos de flores etc. La escenografía y el vestuario no forman parte de la utilería.
Técnico de sonido: se encarga de todos los efectos de sonido necesarios para la producción. Permanece en los controles durante la representación.
Asistente o técnico de iluminación: se encarga de la iluminación. También permanece en los controles durante la representación. La iluminación es tan sofisticada que un teatro bien equipado puede ocupar a más de diez técnicos de iluminación.
Casi al final del fragmento de la obra Amanda dice: "No me reconoció…".
¿Qué quiere decir con eso?
Alternativas
A) Que el Príncipe no miró a Amanda.
B) Que el Príncipe no se dio cuenta de que Amanda era vendedora de tienda.
C) Que el Príncipe no se dio cuenta de que ya conocía a Amanda.
D) Que el Príncipe no advirtió de que Amanda se parecía a Leocadia.
Respuesta
D
Lo que importa es la obra
Enunciado
Lo que importa es la obra.
Se desarrolla en un castillo junto a la playa en Italia.
PRIMER ACTO
Un cuarto de huéspedes ornamentado en un precioso castillo a la orilla del mar. Puertas a la derecha y a la izquierda. Sala de estar a la mitad del escenario: sofá mesa y dos sillones. Grandes ventanas en la parte posterior. Noche estrellada. El escenario está oscuro. Cuando sube el telón se oye que unos hombres conversan en voz alta detrás de la puerta a la izquierda. La puerta se abre y entran tres señores de esmoquin. Uno de ellos enciende la luz de inmediato. Caminan al centro en silencio y se paran alrededor de la mesa. Se sientan a la vez Gál en el sillón de la izquierda Turai en el que está a la derecha y Ádám en el sofá en medio. Se hace un silencio muy largo casi incómodo. Se estiran cómodamente. Silencio. Y luego:
GÁL
¿Por qué estás tan pensativo?
TURAI
Estoy pensando en lo difícil que es empezar una obra. Presentar a todos los personajes principales al principio cuando todo comienza.
ÁDÁM
Supongo que debe de ser difícil.
TURAI
Lo es - endiabladamente difícil. La obra comienza. El público se calla. Los actores entran en el escenario y el tormento comienza. Es una eternidad a veces pasa hasta un cuarto de hora antes de que el público descubra quién es quién y qué están por hacer.
GÁL
¡Qué cerebro tan peculiar tienes! ¿No puedes olvidarte de tu profesión ni por un solo momento?
TURAI
No puedo hacer eso.
GÁL
No pasa ni media hora sin que hables de teatro de actores de obras. Hay otras cosas en el mundo.
TURAI
No no las hay. Soy un dramaturgo. Ésa es mi maldición.
GÁL
No debes convertirte en un esclavo de tu profesión.
TURAI
Si no la dominas tú eres su esclavo. No hay término medio. Créeme que no es broma comenzar bien una obra. Es uno de los problemas más arduos de la técnica teatral. Presentar a tus personajes rápidamente. Veamos esta escena de nosotros tres aquí. Tres señores en traje de esmoquin. Digamos que entran no en este cuarto en este castillo señorial sino más bien en un escenario justo cuando empieza una obra. Tendrían que hablar sobre una gran cantidad de temas poco interesantes hasta que saliera a la luz quiénes somos. ¿No sería mucho más fácil empezar todo esto parándonos y presentándonos? Se para . Buenas noches. Nosotros tres somos invitados en este castillo. Acabamos de llegar del comedor donde tuvimos una cena excelente y nos bebimos dos botellas de champaña. Me llamo Sándor Turai soy dramaturgo he estado escribiendo obras de teatro durante treinta años ésa es mi profesión. Punto aparte. Tu turno.
GÁL
Se para . Me llamo Gál también soy dramaturgo. También escribo obras de teatro todas en colaboración con este caballero aquí presente. Somos un dúo de famosos dramaturgos. Todos los programas de teatro de buenas comedias y operetas dicen: escrita por Gál y Turai.
Evidentemente ésta también es mi profesión.
GÁL y TURAI
Juntos. Y este muchacho ...
ÁDÁM
Se para. Este muchacho si me lo permiten es Albert Ádám compositor de veinticinco años. Escribí la música para estos señores para su última opereta. Éste es mi primer trabajo para el teatro. Estos dos ángeles de avanzada edad me han descubierto y ahora con su ayuda me gustaría volverme famoso. Hicieron que me invitaran a este castillo. Me mandaron hacer mi frac y mi traje de etiqueta. En otras palabras por ahora soy pobre y desconocido. Además soy huérfano y mi abuela me crió. Mi abuela ya murió. Estoy solo en este mundo. No tengo nombre ni dinero.
TURAI
Pero eres joven.
GÁL
Y talentoso.
ÁDÁM
Y estoy enamorado de la solista.
TURAI
No debiste haber agregado eso. Todos en el público lo habrían deducido de todas formas.
Todos se sientan.
TURAI
Ahora bien ¿no sería ésta la forma más fácilde comenzar una obra?
GÁL
Si se nos permitiera hacer esto sería fácil escribir obras.
TURAI
Créanme que no es tan arduo. Sólo piensen en todo esto como ...
GÁL
Muy bien muy bien muy bien no empiecen a hablar del teatro otra vez. Estoy harto. Hablaremos mañana si ustedes quieren.
"Lo que importa es la obra" es el comienzo de una obra del dramaturgo húngaro Ferenc Molnár.
¿Qué estaban haciendo los personajes de la obra inmediatamente antes de que subiera el telón?
Respuesta
Se refiere a la cena o a tomar champaña. Puede parafrasear o citar directamente del texto. Ejemplos:
- Acababan de cenar y de tomar champaña.
- "Acabamos de llegar del comedor donde tuvimos una cena excelente." [cita textual]
- "Una cena excelente y nos bebimos dos botellas de champaña." [cita textual]
- Cena y bebida.
- Cena.
- Tomaron champaña.
- Cenaron y tomaron.
- Estaban en el comedor.
El avaro
Enunciado
EL AVARO
Una fábula de Esopo
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared. Todos los días iba a mirar el sitio. Uno de sus trabajadores observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar qué pasaba. Pronto descubrió el secreto del tesoro escondido y cavando tomó la pieza de oro robándosela. El avaro en su siguiente visita encontró el hueco vacío y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente. Entonces un vecino enterándose del motivo de su angustia lo consoló diciéndole: "Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí.
Para ti será lo mismo porque cuando el oro estaba ahí tú no lo tenías ya que no hiciste el más mínimo uso de él".
¿Cómo obtuvo el avaro una pieza de oro?
Respuesta
Señala que vendió todo lo que tenía (o lo que tenía de más). Puede parafrasear o citar directamente del texto.
- Vendió todo lo que tenía.
- Vendió todas sus cosas.
- La compró [conexión implícita con vender todo lo que tenía].
El avaro
Enunciado
EL AVARO
Una fábula de Esopo
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared. Todos los días iba a mirar el sitio. Uno de sus trabajadores observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar qué pasaba. Pronto descubrió el secreto del tesoro escondido y cavando tomó la pieza de oro robándosela. El avaro en su siguiente visita encontró el hueco vacío y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente. Entonces un vecino enterándose del motivo de su angustia lo consoló diciéndole: "Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí.
Para ti será lo mismo porque cuando el oro estaba ahí tú no lo tenías ya que no hiciste el más mínimo uso de él".
A continuación encontrarás una conversación entre dos personas que leyeron "El avaro y el oro".

¿Qué podría decir la Persona 2 para respaldar su punto de vista?
Respuesta
Reconoce que el mensaje de la historia depende de que el oro sea reemplazado por algo inútil o sin valor.
- Era necesario que fuera reemplazado por algo sin valor para reforzar la idea.
- La piedra es importante en la historia porque toda la idea radica en que bien podría haber enterrado una piedra por todo lo bueno que el oro le hacía.
- Si se reemplazara por algo mejor que una piedra se perdería el punto porque lo que está enterrado debe ser algo realmente inútil.
- La piedra es inútil pero para el avaro ¡el oro también lo es!.
- Algo mejor sería algo que él podría usar - él no usaba el oro; eso es lo que el muchacho estaba diciendo.
- Porque uno puede encontrar piedras por todas partes. El oro y la piedra eran lo mismo para el avaro. ["puede encontrarse por todas partes" implica que la piedra no tiene un valor especial].
El avaro
Enunciado
EL AVARO
Una fábula de Esopo
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared. Todos los días iba a mirar el sitio. Uno de sus trabajadores observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar qué pasaba. Pronto descubrió el secreto del tesoro escondido y cavando tomó la pieza de oro robándosela. El avaro en su siguiente visita encontró el hueco vacío y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente. Entonces un vecino enterándose del motivo de su angustia lo consoló diciéndole: "Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí.
Para ti será lo mismo porque cuando el oro estaba ahí tú no lo tenías ya que no hiciste el más mínimo uso de él".
Lee las siguientes oraciones y numéralas según la secuencia de eventos que se produce en el texto.

Respuesta
Las cuatro correctas: 1,3, 2, 4 en ese orden.
Macondo
Enunciado
MACONDO
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones la gente de Macondo no sabía por dóndeempezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león porque un personaje muerto y sepultado en una película y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde a instancias de don Bruno Crespi explicó mediante un bando que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos de modo que optaron por no volver al cine considerando que ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
El texto que aparece en la página anterior está tomado de una novela. En esta parte del relato el ferrocarril y la electricidad acaban de llegar al pueblo imaginario de Macondo y el primer cine recién se ha inaugurado.
¿Qué aspecto de las películas provocó la indignación de los habitantes de Macondo?
Respuesta
Se refiere al carácter ficticio de las películas o más específicamente a los actores que reaparecen después de haber "muerto". Puede citar directamente la tercera frase ("Se indignaron con…") o la última parte ("...ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.")
- Gente que ellos creían muerta revivía.
- Ellos creían que las películas fueran realidad y no es así.
- Ellos piensan que el hombre de la película ha simulado que ha muerto y les han hecho leso.
- Un personaje que ha muerto y ha sido sepultado en una película reapareció vivo en la siguiente.
- La gente no entiende que las películas son ficción.
- Porque los actores de quienes sus personajes habían muerto en películas anteriores reaparecían con nuevos personajes en la siguiente película. El público sintió que les estaban robando sus emociones. [Elementos tanto del código 2 como del código 1.]
- Ellos pensaban que tenían suficientes problemas como para ver a los actores fingiendo actuar problemas. [Una clara comprensión del papel de la "ficción" en el enojo de la gente aunque lo haya tomado más allá de un escenario.]
- Porque uno de los actores fue enterrado en la película y regresó como un árabe. [Marginal: muy específico.]
Macondo
Enunciado
MACONDO
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones la gente de Macondo no sabía por dóndeempezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león porque un personaje muerto y sepultado en una película y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde a instancias de don Bruno Crespi explicó mediante un bando que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos de modo que optaron por no volver al cine considerando que ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
El texto que aparece en la página anterior está tomado de una novela. En esta parte del relato el ferrocarril y la electricidad acaban de llegar al pueblo imaginario de Macondo y el primer cine recién se ha inaugurado.
¿Estás de acuerdo con la opinión final de los habitantes de Macondo sobre el valor de las películas? Explica tu respuesta comparando tu propia actitud hacia las películas con la actitud de ellos.
Respuesta
Señala actitudes hacia el "realismo" y/o a involucrarse emocionalmente en las películas. La respuesta debe reflejar la idea que la idea que la gente de Macondo busca el realismo de las películas. La comparación entre Macondo y la experiencia/actitud personal se señala de manera expresa o ésta se puede inferir fácilmente.
- Una vez que te das cuenta que no es real puedes usar las películas como un escape. No es necesario involucrarse tanto con las vidas de los personajes.
- Sí estoy de acuerdo hay suficiente sufrimiento en el mundo sin necesidad de inventarlo.
- No la gente entiende que cuando vas al cine lo que sucede en la pantalla no es real.
- A diferencia de la gente de Macondo yo puedo llorar sin freno viendo una película pero me olvido de ella cuando salgo del cine.
- Estoy de acuerdo con ellos. ¿Por qué querría la gente sentirse mal por una película? Por eso yo me inclino a las ciencias porque tratan sobre la realidad. No es fantasía.
- A mí me gustan las películas porque hacen que ponga mi atención en los problemas de otra gente y no en los míos.
- Depende. Si la película es mala me dan ganas de salirme pero sí es buena te atrapa y no me importa si no es real.
- No. A mí me gustan las películas como entretenimiento.
- Sí las películas son sólo imaginarias. Es mejor cuando ves a la gente actuar fuera de la vida real.
- No en las películas los acontecimientos son usualmente exagerados.
- No estoy de acuerdo con sus reacciones porque las películas son una forma de entretenimiento y no se debe tomar muy en serio. La gente de Macondo no sabe mucho entonces entiendo cómo se sentirían.
O: Señala el contexto social histórico o cultural por ejemplo en términos de una mayor familiaridad con el avance tecnológico los cambios en la conducta social. La respuesta debe ser coherente con la idea de que la gente de Macondo está buscando el realismo en las películas. La comparación entre Macondo y la experiencia/actitud personal puede estar de manera expresa o ésta se puede inferir fácilmente.
- La gente de Macondo estaba atrasada y reaccionó emocionalmente. Yo y la mayoría de la gente actualmente somos más sofisticados.
- La gente empezó a ver las películas desde una posición incorrecta. Ellos no entendieron que lo que estaban viendo no eran las noticias sino entretenimiento. Desde ese punto de vista su reacción es comprensible. Las películas por supuesto deben verse como entretenimiento. Ese es el punto con ellas.
- Actualmente la gente no se altera por las películas.
- Sí. Yo estaría de acuerdo si fuera uno de ellos porque ellos nunca antes habían visto películas.
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas el general espartano quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo los hechos no se presentan como meras anécdotas sino más bien se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C) el gobernante ateniense el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos sino que más bien es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre por atribuirse no a unos pocos sino a los más es Democracia. A todo el mundo asiste de acuerdo con nuestras leyes la igualdad de derechos en las disensiones particulares mientras que para los honores si se hace distinción en algún campo no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes entre ellas sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra por lo que para los atenienses los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
Uno de los propósitos del discurso de la parte B fue honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
¿Cuál fue OTRO propósito de este discurso?
Respuesta
Da una respuesta que es probable y coherente con el texto. Las respuestas pueden referirse a uno o más motivos para este discurso incluido lo siguiente: persuadir a los soldados para que continúen la lucha; consolar a las familias de los muertos; promover el orgullo entre los habitantes de Atenas o resaltar las virtudes de Atenas en comparación con Esparta u otras ciudades.
- Hacer que la gente se sienta orgullosa de Atenas.
- Promover la democracia.
- Explicar los beneficios de la democracia ateniense.
- Hacer que la gente piense que Atenas todavía está bien a pesar de que ahora están en problemas.
- Reforzar el pensamiento positivo y las actitudes positivas.
- Levantar al pueblo.
- Promover el patriotismo.
- Ganar la próxima elección.
- Ser más famoso.
- Hacer que el pueblo sea agresivo con los espartanos.
Se refiere al propósito de Tucídides de entender la motivación o la forma de pensar de Pericles.
- Explicar la motivación/psicología de Pericles.
- Explicar por qué hizo lo que hizo.
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas el general espartano quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo los hechos no se presentan como meras anécdotas sino más bien se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C) el gobernante ateniense el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos sino que más bien es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre por atribuirse no a unos pocos sino a los más es Democracia. A todo el mundo asiste de acuerdo con nuestras leyes la igualdad de derechos en las disensiones particulares mientras que para los honores si se hace distinción en algún campo no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes entre ellas sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra por lo que para los atenienses los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
¿Quién escribió el discurso de la Parte B? Usa el texto para respaldar tu respuesta.
Respuesta
Identifica a Tucídides (explícita o implícitamente) como el autor del discurso Y se refiere a que Tucídides atribuyó el discurso a Pericles. Puede parafrasear o citar directamente del texto.
- Tucídices. Dice: "Tucídides lo atribuye a Pericles".
- Tucídides. "A veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos".
- Dice que Tucídides inventaba discursos para las personas sobre las cuales estaba escribiendo.
Destino Buenos Aires
Enunciado
DESTINO BUENOS AIRES
Y así fue como los tres aviones de correo provenientes de la Patagonia$^1$ Chile y Paraguay volvían desde el Sur el Oeste y el Norte hacia Buenos Aires. Allí esperaban su carga para que el avión hacia Europa pudiera despegar alrededor de la medianoche.
Los tres pilotos cada uno detrás de una máquina que pesaba como una barcaza meditaban su vuelo perdidos en la noche. Luego descenderían lentamente desde su cielo tormentoso o tranquilo hacia la enorme ciudad como campesinos extraños que descienden de sus montañas.
Rivière que era el responsable de toda la operación caminaba de un lado a otro en la pista de aterrizaje de Buenos Aires. Permanecía en silencio pues hasta que los tres aviones hubieran llegado la jornada era temible. Minuto tras minuto a medida que los telegramas le iban llegando Rivière estaba consciente de arrancarle algo al destino de ganarle un trozo a lo desconocido de rescatar de la noche a sus tripulaciones y dejarlas a salvo en la costa.
Uno de los hombres vino hacia Rivière para entregarle un mensaje por radio:
El correo de Chile informa que puede ver las luces de Buenos Aires.
Bien.
Al poco rato Rivière oiría el avión; la noche lo arrojaba ya tal como el mar lleno de flujos reflujos y misterios arroja a la playa un tesoro largamente bamboleado. Más tarde devolvería a los otros dos.
Sólo entonces la jornada habría terminado. Cuando las tripulaciones agotadas se fueran a dormir y hubieran sido reemplazadas por nuevas tripulaciones. Pero tampoco Rivière podría descansar todavía: el correo desde Europa a su vez lo cargaría de inquietudes. Y siempre sería así. Siempre.
Antoine de Saint Exupéry. Vol de Nuit Ediciones Gallimard.
$^1$Región ubicada al sur de Chile y Argentina.
¿Qué siente Rivière acerca de su trabajo? Usa información del texto para justificar tu respuesta.
Respuesta
Describe cómo se siente Rivière con su trabajo refiriéndose a ideas como estrés persistencia sentirse con un peso encima o sentirse comprometido con su deber Y entrega una explicación aludiendo a una sección pertinente del texto. Se puede referir al texto en forma general o puede parafrasear o citar directamente del texto.La cita debe coincidir con la emoción mencionada.
- Él se siente abrumado por todo; se puede ver en la última línea; nunca puede descansar.
- Está estresado: "la jornada era temible".
- Está cansado por la situación. Todo el día se preocupa por los tres aviones ¡y después se tiene que preocupar por el que va a Europa!
- Está resignado. Se puede ver en el último "siempre" que él piensa que las cosas nunca cambiarán.
- Le importa su trabajo de verdad. No se puede relajar hasta que sabe que todos están a salvo. [incluye una referencia general al texto].
Destino Buenos Aires
Enunciado
DESTINO BUENOS AIRES
Y así fue como los tres aviones de correo provenientes de la Patagonia$^1$ Chile y Paraguay volvían desde el Sur el Oeste y el Norte hacia Buenos Aires. Allí esperaban su carga para que el avión hacia Europa pudiera despegar alrededor de la medianoche.
Los tres pilotos cada uno detrás de una máquina que pesaba como una barcaza meditaban su vuelo perdidos en la noche. Luego descenderían lentamente desde su cielo tormentoso o tranquilo hacia la enorme ciudad como campesinos extraños que descienden de sus montañas.
Rivière que era el responsable de toda la operación caminaba de un lado a otro en la pista de aterrizaje de Buenos Aires. Permanecía en silencio pues hasta que los tres aviones hubieran llegado la jornada era temible. Minuto tras minuto a medida que los telegramas le iban llegando Rivière estaba consciente de arrancarle algo al destino de ganarle un trozo a lo desconocido de rescatar de la noche a sus tripulaciones y dejarlas a salvo en la costa.
Uno de los hombres vino hacia Rivière para entregarle un mensaje por radio:
El correo de Chile informa que puede ver las luces de Buenos Aires.
Bien.
Al poco rato Rivière oiría el avión; la noche lo arrojaba ya tal como el mar lleno de flujos reflujos y misterios arroja a la playa un tesoro largamente bamboleado. Más tarde devolvería a los otros dos.
Sólo entonces la jornada habría terminado. Cuando las tripulaciones agotadas se fueran a dormir y hubieran sido reemplazadas por nuevas tripulaciones. Pero tampoco Rivière podría descansar todavía: el correo desde Europa a su vez lo cargaría de inquietudes. Y siempre sería así. Siempre.
Antoine de Saint Exupéry. Vol de Nuit Ediciones Gallimard.
$^1$Región ubicada al sur de Chile y Argentina.
"Destino Buenos Aires" fue escrito en 1931. ¿Crees que en la actualidad las preocupaciones de Rivière podrían ser similares? Justifica tu respuesta.
Respuesta
Responde (o quiere decir) Sí O No y se refiere a una comparación basada en el tiempo Y respalda su respuesta. Puede referirse a preocupaciones materiales tales como el avance tecnológico o la mejor seguridad O a preocupaciones psicológicas como la ansiedad. La respuesta debe ser coherente con una lectura precisa del texto.
- En la actualidad los pilotos (aviones) tienen herramientas muy sofisticadas que les sirven para orientarse compensando los problemas técnicos cuando las condiciones climáticas son malas.
- No en la actualidad los aviones tienen radares y sistemas de piloto automático que los pueden ayudar a escapar de situaciones peligrosas.
- Sí los aviones siguen siendo peligrosos al igual que cualquier otro medio de transporte. Los riesgos de choque o fallas del motor nunca son erradicados.
- Ahora las nuevas tecnologías y los avances técnicos son muy importantes tanto en los aviones como en tierra.
- Sí todavía existe el riesgo de chocar.
- No antes no había temor a ataques terroristas.
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
Aquí tienes parte de una conversación entre dos personas que leyeron "El regalo":

A partir del cuento da razones con las que cada uno de estos interlocutores podría justificar su punto de vista.
Interlocutor 1:
Interlocutor 2:
Respuesta
Proporciona evidencia desde del texto para apoyar la idea de que la mujer es despiadada y cruel. Se puede referir a la intención de ésta a disparar a la pantera o al hecho de que ella en realidad le dispara a la pantera. Puede utilizar citas o hacer una paráfrasis del texto.
- Ella trata de disparar a la pantera.
- Ella es cruel porque su primer pensamiento es matar a la pantera.
- Ella se ríe cuando piensa en matar al felino.
- Cuando ella estaba comiendo se rió de los gemidos del gato.
- Y cogiendo el rifle disparó a la ventana. [Cita]
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
Aquí hay algunas de las primeras referencias a la pantera en el relato:
"el grito la despertó un sonido tan angustioso..." (líneas 37-38)
"La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado..." (línea 49)
"Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento." (líneas 57-58)
Considerando lo que ocurre en el resto del cuento ¿por qué crees que el escritor elige presentar a la pantera con estas descripciones?
Respuesta
Reconoce que las descripciones tienen la intención de provocar compasión. Hace referencia (la enuncia o esta implícita) a la intención del autor o del efecto en el lector. La referencia a lo que sucede en el resto de la historia puede estar enunciada o implícita:
- Las descripciones citadas unen a la pantera con la mujer (con los humanos en general); O
- Las descripciones citadas dan apoyo a la posterior conducta compasiva de la mujer hacia la pantera; O
- La pantera se presenta como un objeto de compasión.
- La pantera suena casi como un humano así que es como la mujer y sientes pena por ambos. [Referencia explícita a la unión entre la pantera y la mujer/humanos. (1) Referencia explícita al efecto en el lector.]
- Te hace ver inmediatamente que la pantera también es una víctima de la inundación [Referencia implícita a la unión entre la pantera y los humanos en "también". (1) [Referencia explícita al efecto en el lector.]
- Parece que la mujer empieza a sentir compasión incluso antes de saber qué es. [Une los extractos con la posterior conducta compasiva de la mujer (2) sin referencia explícita a la intención o al efecto en el lector.]
- Te hace sentir lástima por la pantera. [Comprensión precisa e implícita de los matices de la descripción. (3) Referencia explícita del efecto en el lector.]
- Suena triste y angustiada. [Comprensión implícita de los matices de las descripciones (3) con implícita referencia a la intención del autor.]
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
De acuerdo a lo que sugiere el cuento ¿qué razón empujó a la mujer para dar de comer a la pantera?
Respuesta
Reconoce la deducción implicación que la mujer es motivada por la compasión o la empatía hacia la pantera. Puede también mencionar que la mujer no comprende conscientemente su propia motivación.
Le dio lástima.
Porque sabía lo que se siente tener hambre.
Porque ella es una persona compasiva.
El regalo
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EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después el mismo río empezó a subir despacio al principio hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó abriendo arroyos y zanjas desbordándose por terrenos planos. Por la noche mientras ella dormía se apoderó del camino y la rodeó así es que ella se sentó sola con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla el pantano era un mar vacío inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa con piso de barca había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación si ésta sucedía alguna vez pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar pero sería inútil porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano otros luchaban por salvar lo poco que podían tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies para sujetarla firmemente. Después chirriando y quejándose la casa luchó con esfuerzo soltándose del barro y flotó libre como un corcho meciéndose lentamente empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás arrastrándose hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento durante la noche el grito la despertó un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad tropezó contra la cama. Eso venía de afuera del río. Podía oír algo que se movía algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó no de frente sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación sonidos ya tan constantes que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama estaba casi dormida de nuevo cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después acurrucada sobre la almohada meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito pero menos estridente que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua enjaulado ella estaría bien. Afuera el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia como otra especie de oscuridad ella estaba aún sentada en la cama tiesa y helada. Sus brazos acostumbrados a remar en el río le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris finalmente pudo ver la inundación y a lo lejos las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía agazapado al borde de la entrada mirando hacia el roble el punto de amarra de la casa como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso sin arquearse ni tensar los músculos saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo al pasar por delante de la ventana.
Temblando volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas como un gato doméstico. Por primera vez desde que habían comenzado las lluvias quiso llorar por ella misma por toda la gente por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo mientras los caminos todavía estaban abiertos o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre como el felino. Pausadamente fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida casi se había olvidado del felino hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo- "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato sin miedo. Entonces sin pensar en lo que hacía dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella el felino se movía impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo el río aún corría como un torrente pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y sin duda hacia el pantano había huellas casi imperceptibles que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada roído hasta los huesos estaba lo que había quedado del jamón.
¿Crees que la última oración de "El regalo" es un final adecuado?
Justifica tu respuesta explicando cómo se relaciona la última oración con el significado del cuento.
Respuesta
Va más allá de una interpretación literal de la historia en tanto que la interpreta en una forma tal que es coherente con una comprensión literal precisa. Evalúa el final en términos de integridad temática. al relacionar la última oración a las relaciones centrales temas o metáforas en la historia. Su respuesta puede referirse por ejemplo a la relación entre la pantera y la mujer; a la sobrevivencia; o a un regalo o la gratitud. La opinión acerca del texto es enunciada o esta implícita.
- Sí. En el relato se coloca a la mujer en contacto con lo que realmente es esencial en la vida y el hueso blanco limpio es un símbolo de ello.
- Sí. Supongo que lo que quedó del jamón por la pantera fue también un regalo el mensaje era "vive y deja vivir".
- Sí. El hueso es como un regalo y ese es el tema de la historia.
- Sí. El hueso nos recuerda lo que pudo haberle sucedido a la mujer.
- Es apropiado porque el animal de alguna forma le agradeció a ella por el jamón.
Amanda y la duquesa
Enunciado
AMANDA Y LA DUQUESA
TEXTO 1
AMANDA Y LA DUQUESA
Resumen:
Desde la muerte de Leocadia el Príncipe que estaba enamorado de ella no ha tenido consuelo. En una tienda llamada Réséda Soeurs la Duquesa que es tía del Príncipe ha encontrado a una joven vendedora Amanda que se parece increíblemente a Leocadia. La Duquesa desea que Amanda la ayude a liberar al Príncipe de los recuerdos que lo persiguen.
Un cruce de caminos en los jardines del castillo un banco circular alrededor de un pequeño obelisco... cae la tarde.
AMANDA
Todavía no entiendo. ¿Qué puedo hacer yo por él señora? No puedo creer que haya pensado en la posibilidad... y ¿por qué yo? No soy especialmente bella. E incluso si alguien fuera muy bella ¿quién podría interponerse de repente entre él y sus recuerdos?
LA DUQUESA
Nadie excepto usted.
AMANDA sinceramente sorprendida
¿Yo?
LA DUQUESA
El mundo es tan tonto hija mía. Sólo ve desfiles gestos insignias oficiales… debe ser por eso que nunca se lo han dicho. Pero mi corazón no me engaña. Casi grité en Réséda Soeurs la primera vez que la vi. Para alguien que conocía de ella más que sólo su imagen pública usted es el vivo retrato de Leocadia.
Un silencio. Los pájaros nocturnos han tomado ya el lugar de los de la tarde. Los patios se han llenado de sombras y gorjeos.
AMANDA muy amablemente
Realmente no creo que pueda señora. No tengo nada no soy nadie y esos enamorados... ésa era mi fantasía. ¿Me entiende?
Se levanta. Como si estuviera a punto de irse toma su pequeña maleta.
LA DUQUESA también amablemente y muy desanimada
Por supuesto querida. Discúlpeme.
Ella a su vez se levanta con dificultad como una anciana. Se oye la campanilla de una bicicleta en el aire de la noche; ella se sobresalta.
¡Escuche…es él! Sólo deje que la vea apoyada en este pequeño obelisco donde la conoció. Deje que la vea aunque sólo sea esta única vez deje que le grite algo que se interese de repente por su parecido mediante esta estratagema que le confesaré mañana y por la que me odiará; cualquier cosa antes de que esta muerta me lo arrebate con seguridad uno de estos días... (la coge por el brazo). Lo hará ¿verdad? Se lo suplico humildemente señorita. (La mira implorándole y añade enseguida:) Y entonces de esa manera usted lo verá también. Y… siento cómo me ruborizo de nuevo al decirle esto. -¡La vida es tan loca! Ésta es la tercera vez que me ruborizo en sesenta años y la segunda en diez minutos- lo verá y si él pudiera alguna vez (¿por qué no él si es guapo encantador y no sería el primero?) si él pudiera tener la buena suerte para él y para mí de ser por un instante su fantasía… La campanilla suena otra vez en las sombras pero ahora muy cerca.
AMANDA en un susurro
¿Qué debo decirle?
LA DUQUESA apretándole el brazo
Dígale simplemente: "Perdone señor ¿puede decirme por dónde se va al mar?"
Se apresura hacia las sombras más oscuras de los árboles. Justo a tiempo. Aparece una pálida mancha borrosa. Es el Príncipe en su bicicleta. Pasa muy cerca de la borrosa mancha de Amanda junto al obelisco. Ella murmura.
AMANDA
Perdone señor…
Él se detiene baja de la bicicleta se quita el sombrero y la mira.
EL PRÍNCIPE
¿Sí?
AMANDA
¿Puede decirme por dónde se va al mar?
EL PRÍNCIPE
Tome la segunda calle a la izquierda.
Hace una reverencia triste y cortésmente vuelve a montar la bicicleta y se aleja. La campanilla vuelve a oírse en la distancia. La Duquesa sale de las sombras mucho más envejecida.
AMANDA suavemente después de un momento
No me reconoció…
LA DUQUESA
Estaba oscuro…Y además ¿quién sabe qué rostro le atribuye él a ella ahora en sus sueños? (Pregunta tímidamente). El último tren ya ha partido señorita. En todo caso ¿no le gustaría quedarse en el castillo esta noche?
AMANDA con voz extraña
Sí señora.
Está completamente oscuro. Ya no se las puede ver entre las sombras y sólo se oye el viento entre los enormes árboles de los jardines.
CAE EL TELÓN
TEXTO 2
DEFINICIONES DE ALGUNOS OFICIOS DEL TEATRO
Actor: interpreta el papel de un personaje en escena.
Director: dirige y supervisa todos los aspectos de una obra. No sólo ubica a los actores coordina sus entradas y salidas y dirige su actuación sino que también sugiere el modo de interpretar el guión.
Encargados de vestuario: fabrican el vestuario a partir de un modelo.
Diseñador de escenografía: diseña modelos de escenografías y vestuario. Después estos modelos son fabricados a medida en los talleres.
Productor escénico: se encarga de buscar la utilería necesaria. La palabra "utilería" se usa para designar todo lo que se puede mover: sillones cartas lámparas ramos de flores etc. La escenografía y el vestuario no forman parte de la utilería.
Técnico de sonido: se encarga de todos los efectos de sonido necesarios para la producción. Permanece en los controles durante la representación.
Asistente o técnico de iluminación: se encarga de la iluminación. También permanece en los controles durante la representación. La iluminación es tan sofisticada que un teatro bien equipado puede ocupar a más de diez técnicos de iluminación.
A continuación hay una lista de los técnicos necesarios para la puesta en escena de este pasaje de Leocadia. Para cada uno de estos técnicos copia una indicación del TEXTO 1 que involucre su intervención.
La primera está contestada a modo de ejemplo.
Técnico de teatro | Indicaciones |
Diseñador de escenografía |
Un banco circular alrededor de un pequeño obelisco |
Productor escénico |
|
Técnico de sonido |
|
Técnico de iluminación |
Respuesta
Indica valija O bicicleta. Puede citar una frase de las instrucciones escénicas.
- Su pequeña valija.
- Bicicleta.
Amanda y la duquesa
Enunciado
AMANDA Y LA DUQUESA
TEXTO 1
AMANDA Y LA DUQUESA
Resumen:
Desde la muerte de Leocadia el Príncipe que estaba enamorado de ella no ha tenido consuelo. En una tienda llamada Réséda Soeurs la Duquesa que es tía del Príncipe ha encontrado a una joven vendedora Amanda que se parece increíblemente a Leocadia. La Duquesa desea que Amanda la ayude a liberar al Príncipe de los recuerdos que lo persiguen.
Un cruce de caminos en los jardines del castillo un banco circular alrededor de un pequeño obelisco... cae la tarde.
AMANDA
Todavía no entiendo. ¿Qué puedo hacer yo por él señora? No puedo creer que haya pensado en la posibilidad... y ¿por qué yo? No soy especialmente bella. E incluso si alguien fuera muy bella ¿quién podría interponerse de repente entre él y sus recuerdos?
LA DUQUESA
Nadie excepto usted.
AMANDA sinceramente sorprendida
¿Yo?
LA DUQUESA
El mundo es tan tonto hija mía. Sólo ve desfiles gestos insignias oficiales… debe ser por eso que nunca se lo han dicho. Pero mi corazón no me engaña. Casi grité en Réséda Soeurs la primera vez que la vi. Para alguien que conocía de ella más que sólo su imagen pública usted es el vivo retrato de Leocadia.
Un silencio. Los pájaros nocturnos han tomado ya el lugar de los de la tarde. Los patios se han llenado de sombras y gorjeos.
AMANDA muy amablemente
Realmente no creo que pueda señora. No tengo nada no soy nadie y esos enamorados... ésa era mi fantasía. ¿Me entiende?
Se levanta. Como si estuviera a punto de irse toma su pequeña maleta.
LA DUQUESA también amablemente y muy desanimada
Por supuesto querida. Discúlpeme.
Ella a su vez se levanta con dificultad como una anciana. Se oye la campanilla de una bicicleta en el aire de la noche; ella se sobresalta.
¡Escuche…es él! Sólo deje que la vea apoyada en este pequeño obelisco donde la conoció. Deje que la vea aunque sólo sea esta única vez deje que le grite algo que se interese de repente por su parecido mediante esta estratagema que le confesaré mañana y por la que me odiará; cualquier cosa antes de que esta muerta me lo arrebate con seguridad uno de estos días... (la coge por el brazo). Lo hará ¿verdad? Se lo suplico humildemente señorita. (La mira implorándole y añade enseguida:) Y entonces de esa manera usted lo verá también. Y… siento cómo me ruborizo de nuevo al decirle esto. -¡La vida es tan loca! Ésta es la tercera vez que me ruborizo en sesenta años y la segunda en diez minutos- lo verá y si él pudiera alguna vez (¿por qué no él si es guapo encantador y no sería el primero?) si él pudiera tener la buena suerte para él y para mí de ser por un instante su fantasía… La campanilla suena otra vez en las sombras pero ahora muy cerca.
AMANDA en un susurro
¿Qué debo decirle?
LA DUQUESA apretándole el brazo
Dígale simplemente: "Perdone señor ¿puede decirme por dónde se va al mar?"
Se apresura hacia las sombras más oscuras de los árboles. Justo a tiempo. Aparece una pálida mancha borrosa. Es el Príncipe en su bicicleta. Pasa muy cerca de la borrosa mancha de Amanda junto al obelisco. Ella murmura.
AMANDA
Perdone señor…
Él se detiene baja de la bicicleta se quita el sombrero y la mira.
EL PRÍNCIPE
¿Sí?
AMANDA
¿Puede decirme por dónde se va al mar?
EL PRÍNCIPE
Tome la segunda calle a la izquierda.
Hace una reverencia triste y cortésmente vuelve a montar la bicicleta y se aleja. La campanilla vuelve a oírse en la distancia. La Duquesa sale de las sombras mucho más envejecida.
AMANDA suavemente después de un momento
No me reconoció…
LA DUQUESA
Estaba oscuro…Y además ¿quién sabe qué rostro le atribuye él a ella ahora en sus sueños? (Pregunta tímidamente). El último tren ya ha partido señorita. En todo caso ¿no le gustaría quedarse en el castillo esta noche?
AMANDA con voz extraña
Sí señora.
Está completamente oscuro. Ya no se las puede ver entre las sombras y sólo se oye el viento entre los enormes árboles de los jardines.
CAE EL TELÓN
TEXTO 2
DEFINICIONES DE ALGUNOS OFICIOS DEL TEATRO
Actor: interpreta el papel de un personaje en escena.
Director: dirige y supervisa todos los aspectos de una obra. No sólo ubica a los actores coordina sus entradas y salidas y dirige su actuación sino que también sugiere el modo de interpretar el guión.
Encargados de vestuario: fabrican el vestuario a partir de un modelo.
Diseñador de escenografía: diseña modelos de escenografías y vestuario. Después estos modelos son fabricados a medida en los talleres.
Productor escénico: se encarga de buscar la utilería necesaria. La palabra "utilería" se usa para designar todo lo que se puede mover: sillones cartas lámparas ramos de flores etc. La escenografía y el vestuario no forman parte de la utilería.
Técnico de sonido: se encarga de todos los efectos de sonido necesarios para la producción. Permanece en los controles durante la representación.
Asistente o técnico de iluminación: se encarga de la iluminación. También permanece en los controles durante la representación. La iluminación es tan sofisticada que un teatro bien equipado puede ocupar a más de diez técnicos de iluminación.
El director sitúa a los actores en el escenario. En un esquema el director representa a Amanda con la letra A y a la Duquesa con la letra D.
Coloca una A y una D en el siguiente esquema de la escenografía para indicar el lugar dónde aproximadamente se encuentran Amanda y la Duquesa en el momento en que llega el Príncipe.

Respuesta
.
Ñuñoa Cat
Enunciado
ÑUÑOA CAT
"Plaza Ñuñoa. A las seis o siete de la tarde. Un viernes de otoño. Se fue a España y dejó el gato al cuidado de su hermana. Él y el gato vivían en un departamento unos metros más allá de Las Lanzas frente a la plaza. En esos días cuando no estaba veíamos a veces al gato pasearse entre las mesas llorando buscándolo. A veces bajaba de los árboles y se quedaba sobre los toldos maullando mientras nosotros seguíamos entre cerveza y cerveza como los parroquianos anónimos que éramos en aquellas tardes cada vez más heladas. En esos días escuchábamos al gato y lo llamábamos pero no se acercaba. Simplemente se quedaba ahí fuera de la línea de la visión como un punto ciego del ojo y nos maullaba de vuelta. A veces eso -el gato solitario buscando a su amo en medio de la juerga citadina- nos daba pena o risa una risa melancólica tal vez. Una risa que no puede dejar de citar a la pena y que se nos escabullía en esos momentos precisos en que a la cerveza se le iba el gas y la tarde se volvía noche. Eso pensábamos eso sentíamos cuando escuchábamos al gato maullar mientras apurábamos el vaso y alguien encendía el enésimo cigarrillo mirando a los escolares demorar su vuelta a casa vagando en la plaza o a las parejas esconderse quizás de quién sabe qué entre los árboles".
Álvaro Bisama Postales Urbanas.
PARROQUIANOS:
Alternativas
A) Compradores
B) Consumidores
C) Clientes
D) Usuarios
Respuesta
C
Para resolver esta pregunta los postulantes deben analizar e interpretar el sentido de la palabra lema parroquianos en el contexto en que se presenta dicha palabra en el texto estímulo con el fin de determinar cuál de las opciones es correcta esto es cuál mantiene el sentido del término en el contexto. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) la palabra parroquianos en su segunda acepción significa: "Persona que acostumbra a ir siempre a una misma tienda o establecimiento público". De acuerdo con la definición anterior la opción correcta para sustituir el lema en el contexto es la opción C clientes pues en su segunda acepción del DRAE se define justamente como parroquianos: "Persona que acostumbra a ir siempre a una misma tienda o establecimiento público". Se entiende así que la clave del ítem es el término cliente dado que en el relato se expresa que los amigos acudían frecuentemente a Las Lanzas. Las opciones A B D y E son incorrectas pues no mantienen el sentido de la palabra lema en su contexto por cuanto aluden a sentidos diferentes. Las opciones A B y D hacen referencia a la idea de comprar consumir o usar algo mientras que la opción E bebedores tiene el sentido de "(persona) Que abusa de las bebidas alcohólicas" que no corresponde al sentido de la palabra lema.
Banco de Preguntas [Banco de preguntas-LE2M OA08-36786] Lenguaje y comunicación / Lengua y literatura 2M
Enunciado
La costa
- "Marte era una costa distante y los hombres cayeron en olas sobre ella. Cada ola era distinta y cada ola más fuerte. La primera ola trajo consigo a hombres acostumbrados a los espacios el frío y la soledad; cazadores de lobos y pastores de ganado flacos con rostros descarnados por los años ojos como cabezas de clavos y manos codiciosas y ásperas como guantes viejos. Marte no pudo contra ellos pues venían de llanuras y praderas tan inmensas como los campos marcianos. Llegaron poblaron el desierto y animaron a los que querían seguirlos. Pusieron cristales en los marcos vacíos de las ventanas y luces detrás de los cristales.
- Esos fueron los primeros hombres.
- Nadie ignoraba quiénes serían las primeras mujeres.
- Los segundos hombres debieran de haber salido de otros países con otros idiomas y otras ideas. Pero los cohetes eran norteamericanos y los hombres eran norteamericanos y siguieron siéndolo mientras Europa Asia Sudamérica y Australia contemplaban aquellos fuegos de artificio que los dejaban atrás. Casi todos los países estaban hundidos en la guerra o en la idea de la guerra.
- Los segundos hombres fueron pues también norteamericanos. Salieron de las viviendas colectivas y de los trenes subterráneos y después de toda una vida de hacinamiento en los tubos latas y cajas de Nueva York hallaron paz y tranquilidad junto a los hombres de las regiones áridas acostumbrados al silencio.
- Y entre estos segundos hombres había algunos que tenían un brillo raro en los ojos y parecían encaminarse hacia Dios..."
Ray Bradbury Crónicas Marcianas.
"Pusieron cristales en los marcos vacíos de las ventanas y luces detrás de los cristales". |
En el texto el segmento anterior tiene como propósito:
Alternativas
A) corroborar que en Marte existían las condiciones necesarias para desarrollar una buena calidad de vida.
B) dar cuenta del proceso de instalación definitiva que los hombres efectuaron en el planeta Marte.
C) informar sobre el proceso de restauración del planeta Marte efectuado por los hombres a su llegada.
D) comprobar que las condiciones de vida ofrecidas por Marte son mejores que las existentes en la Tierra.
E) hacer referencia al esfuerzo con el cual los hombres comenzaron su estadía en el planeta Marte.
Respuesta
E
La expresión "Pusieron cristales en los marcos vacíos de las ventanas y luces detrás de los cristales" son acciones realizadas por los primeros pobladores de Marte para hacer habitable un espacio inhóspito. Para esos hombres es el resultado de una tarea ardua y representa una señal de humanización y apropiación del espacio en el que se vive. De acuerdo con lo anterior la respuesta correcta es E.
Lo que importa es la obra
Enunciado
Lo que importa es la obra.
Se desarrolla en un castillo junto a la playa en Italia.
PRIMER ACTO
Un cuarto de huéspedes ornamentado en un precioso castillo a la orilla del mar. Puertas a la derecha y a la izquierda. Sala de estar a la mitad del escenario: sofá, mesa y dos sillones. Grandes ventanas en la parte posterior. Noche estrellada. El escenario está oscuro. Cuando sube el telón, se oye que unos hombres conversan en voz alta detrás de la puerta, a la izquierda. La puerta se abre y entran tres señores de esmoquin. Uno de ellos enciende la luz de inmediato. Caminan al centro en silencio y se paran alrededor de la mesa. Se sientan a la vez, Gál en el sillón de la izquierda, Turai en el que está a la derecha y Ádám en el sofá, en medio. Se hace un silencio muy largo, casi incómodo. Se estiran cómodamente. Silencio. Y luego:
GÁL
¿Por qué estás tan pensativo?
TURAI
Estoy pensando en lo difícil que es empezar una obra. Presentar a todos los personajes principales al principio, cuando todo comienza.
ÁDÁM
Supongo que debe de ser difícil.
TURAI
Lo es - endiabladamente difícil. La obra comienza. El público se calla. Los actores entran en el escenario y el tormento comienza. Es una eternidad, a veces pasa hasta un cuarto de hora antes de que el público descubra quién es quién y qué están por hacer.
GÁL
¡Qué cerebro tan peculiar tienes! ¿No puedes olvidarte de tu profesión ni por un solo momento?
TURAI
No puedo hacer eso.
GÁL
No pasa ni media hora sin que hables de teatro, de actores, de obras. Hay otras cosas en el mundo.
TURAI
No, no las hay. Soy un dramaturgo. Ésa es mi maldición.
GÁL
No debes convertirte en un esclavo de tu profesión.
TURAI
Si no la dominas, tú eres su esclavo. No hay término medio. Créeme que no es broma comenzar bien una obra. Es uno de los problemas más arduos de la técnica teatral. Presentar a tus personajes rápidamente. Veamos esta escena de nosotros tres aquí. Tres señores en traje de esmoquin. Digamos que entran no en este cuarto en este castillo señorial, sino más bien en un escenario, justo cuando empieza una obra. Tendrían que hablar sobre una gran cantidad de temas poco interesantes hasta que saliera a la luz quiénes somos. ¿No sería mucho más fácil empezar todo esto parándonos y presentándonos? Se para . Buenas noches. Nosotros tres somos invitados en este castillo. Acabamos de llegar del comedor donde tuvimos una cena excelente y nos bebimos dos botellas de champaña. Me llamo Sándor Turai, soy dramaturgo, he estado escribiendo obras de teatro durante treinta años, ésa es mi profesión. Punto aparte. Tu turno.
GÁL
Se para . Me llamo Gál, también soy dramaturgo. También escribo obras de teatro, todas en colaboración con este caballero aquí presente. Somos un dúo de famosos dramaturgos. Todos los programas de teatro de buenas comedias y operetas dicen: escrita por Gál y Turai.
Evidentemente, ésta también es mi profesión.
GÁL y TURAI
Juntos. Y este muchacho ...
ÁDÁM
Se para. Este muchacho, si me lo permiten, es Albert Ádám, compositor de veinticinco años. Escribí la música para estos señores, para su última opereta. Éste es mi primer trabajo para el teatro. Estos dos ángeles de avanzada edad me han descubierto y ahora, con su ayuda, me gustaría volverme famoso. Hicieron que me invitaran a este castillo. Me mandaron hacer mi frac y mi traje de etiqueta. En otras palabras, por ahora soy pobre y desconocido. Además, soy huérfano y mi abuela me crió. Mi abuela ya murió. Estoy solo en este mundo. No tengo nombre ni dinero.
TURAI
Pero eres joven.
GÁL
Y talentoso.
ÁDÁM
Y estoy enamorado de la solista.
TURAI
No debiste haber agregado eso. Todos en el público lo habrían deducido de todas formas.
Todos se sientan.
TURAI
Ahora bien, ¿no sería ésta la forma más fácilde comenzar una obra?
GÁL
Si se nos permitiera hacer esto, sería fácil escribir obras.
TURAI
Créanme que no es tan arduo. Sólo piensen en todo esto como ...
GÁL
Muy bien, muy bien, muy bien, no empiecen a hablar del teatro otra vez. Estoy harto. Hablaremos mañana, si ustedes quieren.
"Lo que importa es la obra" es el comienzo de una obra del dramaturgo húngaro Ferenc Molnár.
"Es una eternidad, a veces pasa hasta un cuarto de hora..."
Según Turai, ¿por qué un cuarto de hora es "una eternidad"?
Alternativas
A) Es mucho tiempo para esperar que el público se quede quieto en un teatro lleno.
B) Parece que pasarán años antes de que, al principio de una obra, se aclare la situación.
C) Siempre parece que le toma mucho tiempo al dramaturgo escribir el principio de una obra.
D) Parece que el tiempo avanza lentamente cuando sucede un acontecimiento importante en una obra.
Respuesta
B
Se actualizará pronto.
Lo que importa es la obra
Enunciado
Lo que importa es la obra.
Se desarrolla en un castillo junto a la playa en Italia.
PRIMER ACTO
Un cuarto de huéspedes ornamentado en un precioso castillo a la orilla del mar. Puertas a la derecha y a la izquierda. Sala de estar a la mitad del escenario: sofá, mesa y dos sillones. Grandes ventanas en la parte posterior. Noche estrellada. El escenario está oscuro. Cuando sube el telón, se oye que unos hombres conversan en voz alta detrás de la puerta, a la izquierda. La puerta se abre y entran tres señores de esmoquin. Uno de ellos enciende la luz de inmediato. Caminan al centro en silencio y se paran alrededor de la mesa. Se sientan a la vez, Gál en el sillón de la izquierda, Turai en el que está a la derecha y Ádám en el sofá, en medio. Se hace un silencio muy largo, casi incómodo. Se estiran cómodamente. Silencio. Y luego:
GÁL
¿Por qué estás tan pensativo?
TURAI
Estoy pensando en lo difícil que es empezar una obra. Presentar a todos los personajes principales al principio, cuando todo comienza.
ÁDÁM
Supongo que debe de ser difícil.
TURAI
Lo es - endiabladamente difícil. La obra comienza. El público se calla. Los actores entran en el escenario y el tormento comienza. Es una eternidad, a veces pasa hasta un cuarto de hora antes de que el público descubra quién es quién y qué están por hacer.
GÁL
¡Qué cerebro tan peculiar tienes! ¿No puedes olvidarte de tu profesión ni por un solo momento?
TURAI
No puedo hacer eso.
GÁL
No pasa ni media hora sin que hables de teatro, de actores, de obras. Hay otras cosas en el mundo.
TURAI
No, no las hay. Soy un dramaturgo. Ésa es mi maldición.
GÁL
No debes convertirte en un esclavo de tu profesión.
TURAI
Si no la dominas, tú eres su esclavo. No hay término medio. Créeme que no es broma comenzar bien una obra. Es uno de los problemas más arduos de la técnica teatral. Presentar a tus personajes rápidamente. Veamos esta escena de nosotros tres aquí. Tres señores en traje de esmoquin. Digamos que entran no en este cuarto en este castillo señorial, sino más bien en un escenario, justo cuando empieza una obra. Tendrían que hablar sobre una gran cantidad de temas poco interesantes hasta que saliera a la luz quiénes somos. ¿No sería mucho más fácil empezar todo esto parándonos y presentándonos? Se para . Buenas noches. Nosotros tres somos invitados en este castillo. Acabamos de llegar del comedor donde tuvimos una cena excelente y nos bebimos dos botellas de champaña. Me llamo Sándor Turai, soy dramaturgo, he estado escribiendo obras de teatro durante treinta años, ésa es mi profesión. Punto aparte. Tu turno.
GÁL
Se para . Me llamo Gál, también soy dramaturgo. También escribo obras de teatro, todas en colaboración con este caballero aquí presente. Somos un dúo de famosos dramaturgos. Todos los programas de teatro de buenas comedias y operetas dicen: escrita por Gál y Turai.
Evidentemente, ésta también es mi profesión.
GÁL y TURAI
Juntos. Y este muchacho ...
ÁDÁM
Se para. Este muchacho, si me lo permiten, es Albert Ádám, compositor de veinticinco años. Escribí la música para estos señores, para su última opereta. Éste es mi primer trabajo para el teatro. Estos dos ángeles de avanzada edad me han descubierto y ahora, con su ayuda, me gustaría volverme famoso. Hicieron que me invitaran a este castillo. Me mandaron hacer mi frac y mi traje de etiqueta. En otras palabras, por ahora soy pobre y desconocido. Además, soy huérfano y mi abuela me crió. Mi abuela ya murió. Estoy solo en este mundo. No tengo nombre ni dinero.
TURAI
Pero eres joven.
GÁL
Y talentoso.
ÁDÁM
Y estoy enamorado de la solista.
TURAI
No debiste haber agregado eso. Todos en el público lo habrían deducido de todas formas.
Todos se sientan.
TURAI
Ahora bien, ¿no sería ésta la forma más fácilde comenzar una obra?
GÁL
Si se nos permitiera hacer esto, sería fácil escribir obras.
TURAI
Créanme que no es tan arduo. Sólo piensen en todo esto como ...
GÁL
Muy bien, muy bien, muy bien, no empiecen a hablar del teatro otra vez. Estoy harto. Hablaremos mañana, si ustedes quieren.
"Lo que importa es la obra" es el comienzo de una obra del dramaturgo húngaro Ferenc Molnár.
En general, ¿qué está haciendo el dramaturgo Molnár en este extracto?
Alternativas
A) Está mostrando la forma en que cada personaje resolverá sus propios problemas.
B) Está haciendo que sus personajes demuestren cómo es una eternidad en una obra de teatro.
C) Está dando un ejemplo de una típica y tradicional escena inicial de una obra de teatro.
D) Está utilizando a los personajes para que representen uno de sus propios problemas creativos.
Respuesta
D
Se actualizará pronto.
Macondo
Enunciado
MACONDO
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones, la gente de Macondo no sabía por dóndeempezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren, y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león, porque un personaje muerto y sepultado en una película, y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción, reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes, no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde, a instancias de don Bruno Crespi, explicó mediante un bando, que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación, muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos, de modo que optaron por no volver al cine, considerando que ya tenían bastante con sus propias penas, para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
El texto que aparece en la página anterior está tomado de una novela. En esta parte del relato, el ferrocarril y la electricidad acaban de llegar al pueblo imaginario de Macondo, y el primer cine recién se ha inaugurado.
Al final del texto, ¿por qué decidieron los habitantes de Macondo no volver al cine?
Alternativas
A) Querían divertirse y distraerse, pero descubrieron que las películas eran realistas y deprimentes.
B) No podían pagar el precio de las entradas.
C) Preferían reservar sus emociones para los acontecimientos de la vida real.
D) Buscaban implicarse emocionalmente, pero las películas les parecieron aburridas, poco convincentes y de mala calidad.
Respuesta
C
Se actualizará pronto.
Macondo
Enunciado
MACONDO
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones, la gente de Macondo no sabía por dóndeempezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren, y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león, porque un personaje muerto y sepultado en una película, y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción, reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes, no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde, a instancias de don Bruno Crespi, explicó mediante un bando, que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación, muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos, de modo que optaron por no volver al cine, considerando que ya tenían bastante con sus propias penas, para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
El texto que aparece en la página anterior está tomado de una novela. En esta parte del relato, el ferrocarril y la electricidad acaban de llegar al pueblo imaginario de Macondo, y el primer cine recién se ha inaugurado.
¿Quiénes son los "seres imaginarios" de los que se habla en la última línea del texto?
Alternativas
A) Fantasmas.
B) Atracciones de parques de entretenciones.
C) Personajes de las películas.
D) Actores.
Respuesta
C
Se actualizará pronto.
La motocicleta
Enunciado
LA MOTOCICLETA
¿Alguna vez te has despertado con la sensación de que algo no anda bien?
Éste era uno de esos días.
Me senté en la cama.
Poco después abrí las cortinas.
El día estaba horrible - llovía a cántaros.
Luego miré hacia el patio.
¡Sí! Ahí estaba - la motocicleta.
Estaba tan dañada como la noche anterior.
Y me estaba comenzando a doler la pierna.
Algo le había sucedido a la persona de la historia la noche anterior. ¿Qué fue?
Alternativas
A) El mal tiempo había dañado la motocicleta.
B) El mal tiempo había impedido que la persona pudiera salir.
C) La persona había comprado una nueva motocicleta.
D) La persona había sufrido un accidente en la motocicleta.
Respuesta
D
Se actualizará pronto.
La motocicleta
Enunciado
LA MOTOCICLETA
¿Alguna vez te has despertado con la sensación de que algo no anda bien?
Éste era uno de esos días.
Me senté en la cama.
Poco después abrí las cortinas.
El día estaba horrible - llovía a cántaros.
Luego miré hacia el patio.
¡Sí! Ahí estaba - la motocicleta.
Estaba tan dañada como la noche anterior.
Y me estaba comenzando a doler la pierna.
"Éste era uno de esos días".
¿Qué tipo de día resultó ser este?
Alternativas
A) Un buen día.
B) Un mal día.
C) Un día emocionante.
D) Un día aburrido.
Respuesta
B
Se actualizará pronto.
La motocicleta
Enunciado
LA MOTOCICLETA
¿Alguna vez te has despertado con la sensación de que algo no anda bien?
Éste era uno de esos días.
Me senté en la cama.
Poco después abrí las cortinas.
El día estaba horrible - llovía a cántaros.
Luego miré hacia el patio.
¡Sí! Ahí estaba - la motocicleta.
Estaba tan dañada como la noche anterior.
Y me estaba comenzando a doler la pierna.
¿Por qué el escritor comienza la historia con una pregunta?
Alternativas
A) Porque el escritor quiere saber la respuesta.
B) Para involucrar al lector en la historia.
C) Porque la pregunta es difícil de responder.
D) Para recordar al lector que este tipo de experiencia es rara.
Respuesta
B
Se actualizará pronto.
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C, durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas, el general espartano, quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia, concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo, los hechos no se presentan como meras anécdotas, sino, más bien, se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C), el gobernante ateniense, el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos, sino que, más bien, es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre, por atribuirse no a unos pocos, sino a los más, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en las disensiones particulares, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y, al tratar los asuntos privados sin molestarnos, tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos, por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes, entre ellas, sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu, sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año, y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra, por lo que, para los atenienses, los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
¿Por qué Tucídides fue obligado a vivir en el exilio?
Alternativas
A) No fue capaz de lograr la victoria para los atenienses en Anfípolis.
B) Se apoderó de una flota en Anfípolis.
C) Recopiló información de los dos bandos en guerra.
D) Desertó de las filas atenienses para luchar con los espartanos.
Respuesta
A
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C, durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas, el general espartano, quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia, concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo, los hechos no se presentan como meras anécdotas, sino, más bien, se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C), el gobernante ateniense, el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos, sino que, más bien, es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre, por atribuirse no a unos pocos, sino a los más, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en las disensiones particulares, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y, al tratar los asuntos privados sin molestarnos, tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos, por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes, entre ellas, sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu, sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año, y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra, por lo que, para los atenienses, los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
De acuerdo con el texto, ¿qué hizo que Tucídides fuera diferente a los otros historiadores de su tiempo?
Alternativas
A) Escribió sobre la gente común y corriente, no sobre héroes.
B) Usó anécdotas en lugar de sólo hechos.
C) Explicó los eventos históricos al referirse a sus causas sobrenaturales.
D) Se concentró en qué hacía que la gente actuara de la forma en que lo hizo.
Respuesta
D
La democracia en Atenas
Enunciado
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
PARTE A
Tucídides fue un historiador y militar que vivió en el siglo V a.C, durante el período de la Grecia clásica. Nació en Atenas. Durante la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.C) entre Atenas y Esparta estuvo al mando de una flota cuya misión era proteger la ciudad de Anfípolis en Tracia. No logró llegar a tiempo a la ciudad. Cayó en las manos de Brasidas, el general espartano, quien obligó a Tucídides a vivir 20 años en el exilio. Esto le dio la oportunidad de obtener información detallada de los dos bandos en guerra y de realizar una investigación para su trabajo "Historia de la Guerra del Peloponeso".
Tucídides es considerado uno de los grandes historiadores de los tiempos antiguos. Para explicar la evolución de la Historia, concentró su atención en las causas naturales y el comportamiento de cada individuo en lugar del destino o la intervención de las divinidades. En su trabajo, los hechos no se presentan como meras anécdotas, sino, más bien, se explican en un intento por encontrar la razones que llevaron a los personajes principales a actuar de la forma en que lo hicieron. El énfasis de Tucídides en el comportamiento de los individuos explica por qué algunas veces introduce discursos ficticios: éstos le ayudan a explicar las motivaciones de los personajes históricos.
PARTE B
Tucídides atribuye a Pericles (siglo V a.C), el gobernante ateniense, el siguiente discurso para honrar a los soldados que cayeron el primer año de la Guerra del Peloponeso.
Tenemos una Constitución que no envidia las leyes de los vecinos, sino que, más bien, es ella modelo para algunas ciudades y no imitadora de los otros. Y su nombre, por atribuirse no a unos pocos, sino a los más, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en las disensiones particulares, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una clase social sino el mérito lo que hace acceder a ellos.
La clase social no impide que una persona ocupe algún cargo público (…). Y, al tratar los asuntos privados sin molestarnos, tampoco transgredimos la ley respecto de los asuntos públicos, por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes, entre ellas, sobre todo a las que protegen a los injustamente tratados y a las no escritas que sería una vergüenza infringir.
Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu, sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año, y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en Atenas toda clase de productos de la tierra, por lo que, para los atenienses, los frutos de otros países son tan familiares como los propios.
Lee esta parte del texto, cerca del final de la Parte B:
"Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu, sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año, y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas".
¿Cuál de las siguientes oraciones resume mejor esta parte del texto?
Alternativas
A) El sistema de gobierno en Atenas permite que cualquier persona pueda crear leyes.
B) La entretención y la belleza son parte de la buena vida que se puede tener en Atenas.
C) Los atenienses viven con demasiado lujo y no pueden tomarse la vida en serio.
D) La vida pública y privada son consideradas la misma cosa.
Respuesta
B
Destino Buenos Aires
Enunciado
DESTINO BUENOS AIRES
Y así fue como los tres aviones de correo provenientes de la Patagonia$^1$, Chile y Paraguay volvían desde el Sur, el Oeste y el Norte hacia Buenos Aires. Allí esperaban su carga para que el avión hacia Europa pudiera despegar alrededor de la medianoche.
Los tres pilotos, cada uno detrás de una máquina que pesaba como una barcaza, meditaban su vuelo perdidos en la noche. Luego descenderían lentamente desde su cielo tormentoso o tranquilo hacia la enorme ciudad, como campesinos extraños que descienden de sus montañas.
Rivière, que era el responsable de toda la operación, caminaba de un lado a otro en la pista de aterrizaje de Buenos Aires. Permanecía en silencio, pues hasta que los tres aviones hubieran llegado, la jornada era temible. Minuto tras minuto, a medida que los telegramas le iban llegando, Rivière estaba consciente de arrancarle algo al destino, de ganarle un trozo a lo desconocido, de rescatar de la noche a sus tripulaciones y dejarlas a salvo en la costa.
Uno de los hombres vino hacia Rivière para entregarle un mensaje por radio:
El correo de Chile informa que puede ver las luces de Buenos Aires.
Bien.
Al poco rato, Rivière oiría el avión; la noche lo arrojaba ya, tal como el mar lleno de flujos, reflujos y misterios arroja a la playa un tesoro largamente bamboleado. Más tarde devolvería a los otros dos.
Sólo entonces la jornada habría terminado. Cuando las tripulaciones agotadas se fueran a dormir y hubieran sido reemplazadas por nuevas tripulaciones. Pero tampoco Rivière podría descansar todavía: el correo desde Europa, a su vez, lo cargaría de inquietudes. Y siempre sería así. Siempre.
Antoine de Saint Exupéry. Vol de Nuit, Ediciones Gallimard.
$^1$Región ubicada al sur de Chile y Argentina.
¿Qué sucede con el personaje principal de este texto?
Alternativas
A) Recibe una sorpresa desagradable.
B) Decide cambiar de trabajo.
C) Espera que algo suceda.
D) Aprende a escuchar a otros.
Respuesta
C
Se actualizará pronto.
Destino Buenos Aires
Enunciado
DESTINO BUENOS AIRES
Y así fue como los tres aviones de correo provenientes de la Patagonia$^1$, Chile y Paraguay volvían desde el Sur, el Oeste y el Norte hacia Buenos Aires. Allí esperaban su carga para que el avión hacia Europa pudiera despegar alrededor de la medianoche.
Los tres pilotos, cada uno detrás de una máquina que pesaba como una barcaza, meditaban su vuelo perdidos en la noche. Luego descenderían lentamente desde su cielo tormentoso o tranquilo hacia la enorme ciudad, como campesinos extraños que descienden de sus montañas.
Rivière, que era el responsable de toda la operación, caminaba de un lado a otro en la pista de aterrizaje de Buenos Aires. Permanecía en silencio, pues hasta que los tres aviones hubieran llegado, la jornada era temible. Minuto tras minuto, a medida que los telegramas le iban llegando, Rivière estaba consciente de arrancarle algo al destino, de ganarle un trozo a lo desconocido, de rescatar de la noche a sus tripulaciones y dejarlas a salvo en la costa.
Uno de los hombres vino hacia Rivière para entregarle un mensaje por radio:
El correo de Chile informa que puede ver las luces de Buenos Aires.
Bien.
Al poco rato, Rivière oiría el avión; la noche lo arrojaba ya, tal como el mar lleno de flujos, reflujos y misterios arroja a la playa un tesoro largamente bamboleado. Más tarde devolvería a los otros dos.
Sólo entonces la jornada habría terminado. Cuando las tripulaciones agotadas se fueran a dormir y hubieran sido reemplazadas por nuevas tripulaciones. Pero tampoco Rivière podría descansar todavía: el correo desde Europa, a su vez, lo cargaría de inquietudes. Y siempre sería así. Siempre.
Antoine de Saint Exupéry. Vol de Nuit, Ediciones Gallimard.
$^1$Región ubicada al sur de Chile y Argentina.
De acuerdo con el penúltimo párrafo ("Al poco rato…"), ¿en qué se parecen la noche y el mar?
Alternativas
A) Ambos esconden lo que tienen en su interior.
B) Ambos son ruidosos.
C) Ambos han sido conquistados por los humanos.
D) Ambos son peligrosos para los humanos.
Respuesta
A
Se actualizará pronto.
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada, mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia, que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después, el mismo río empezó a subir, despacio al principio, hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó, abriendo arroyos y zanjas, desbordándose por terrenos planos. Por la noche, mientras ella dormía, se apoderó del camino y la rodeó, así es que ella se sentó sola, con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora, el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver, por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla, el pantano era un mar vacío, inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa, con piso de barca, había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación, si ésta sucedía alguna vez, pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente, como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar, pero sería inútil, porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano, otros luchaban por salvar lo poco que podían, tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal, que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio, pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva, pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde, cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban, ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies, para sujetarla firmemente. Después, chirriando y quejándose, la casa luchó con esfuerzo, soltándose del barro, y flotó libre como un corcho, meciéndose lentamente, empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro, la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente, la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás, arrastrándose, hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato, sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama, con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento, durante la noche, el grito la despertó, un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad, tropezó contra la cama. Eso venía de afuera, del río. Podía oír algo que se movía, algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó, no de frente, sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo, dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación, sonidos ya tan constantes, que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama, estaba casi dormida de nuevo, cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad, retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después, acurrucada sobre la almohada, meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito, pero menos estridente, que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí, lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared, como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso, un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente, apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos, como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez, golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua, enjaulado, ella estaría bien. Afuera, el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando, gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia, como otra especie de oscuridad, ella estaba aún sentada en la cama, tiesa y helada. Sus brazos, acostumbrados a remar en el río, le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida, se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris, finalmente, pudo ver la inundación y, a lo lejos, las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma, se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía, agazapado al borde de la entrada, mirando hacia el roble, el punto de amarra de la casa, como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo, con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos, mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado, moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma, cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso, sin arquearse ni tensar los músculos, saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle, disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora, pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo, al pasar por delante de la ventana.
Temblando, volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante, la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato, volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas, como un gato doméstico. Por primera vez, desde que habían comenzado las lluvias, quiso llorar por ella misma, por toda la gente, por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama, se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo, mientras los caminos todavía estaban abiertos, o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa, un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre, como el felino. Pausadamente, fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba, ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado, cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida, casi se había olvidado del felino, hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo-, "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón, el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido, volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto, que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo, empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato, sin miedo. Entonces, sin pensar en lo que hacía, dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella, el felino se movía, impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana, lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado, hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho, retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó, supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa, pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta, vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo, el río aún corría como un torrente, pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y, sin duda, hacia el pantano, había huellas, casi imperceptibles, que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada, roído hasta los huesos, estaba lo que había quedado del jamón.
¿Cuál es la situación de la mujer al comienzo del cuento?
Alternativas
A) Está demasiado débil para dejar la casa después de días sin comida.
B) Se está defendiendo de un animal salvaje.
C) Su casa ha quedado rodeada por una inundación.
D) Un río desbordado ha arrasado con su casa.
Respuesta
C
Se actualizará pronto.
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada, mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia, que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después, el mismo río empezó a subir, despacio al principio, hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó, abriendo arroyos y zanjas, desbordándose por terrenos planos. Por la noche, mientras ella dormía, se apoderó del camino y la rodeó, así es que ella se sentó sola, con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora, el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver, por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla, el pantano era un mar vacío, inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa, con piso de barca, había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación, si ésta sucedía alguna vez, pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente, como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar, pero sería inútil, porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano, otros luchaban por salvar lo poco que podían, tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal, que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio, pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva, pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde, cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban, ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies, para sujetarla firmemente. Después, chirriando y quejándose, la casa luchó con esfuerzo, soltándose del barro, y flotó libre como un corcho, meciéndose lentamente, empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro, la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente, la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás, arrastrándose, hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato, sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama, con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento, durante la noche, el grito la despertó, un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad, tropezó contra la cama. Eso venía de afuera, del río. Podía oír algo que se movía, algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó, no de frente, sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo, dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación, sonidos ya tan constantes, que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama, estaba casi dormida de nuevo, cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad, retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después, acurrucada sobre la almohada, meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito, pero menos estridente, que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí, lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared, como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso, un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente, apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos, como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez, golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua, enjaulado, ella estaría bien. Afuera, el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando, gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia, como otra especie de oscuridad, ella estaba aún sentada en la cama, tiesa y helada. Sus brazos, acostumbrados a remar en el río, le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida, se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris, finalmente, pudo ver la inundación y, a lo lejos, las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma, se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía, agazapado al borde de la entrada, mirando hacia el roble, el punto de amarra de la casa, como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo, con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos, mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado, moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma, cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso, sin arquearse ni tensar los músculos, saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle, disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora, pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo, al pasar por delante de la ventana.
Temblando, volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante, la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato, volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas, como un gato doméstico. Por primera vez, desde que habían comenzado las lluvias, quiso llorar por ella misma, por toda la gente, por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama, se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo, mientras los caminos todavía estaban abiertos, o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa, un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre, como el felino. Pausadamente, fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba, ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado, cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida, casi se había olvidado del felino, hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo-, "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón, el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido, volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto, que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo, empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato, sin miedo. Entonces, sin pensar en lo que hacía, dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella, el felino se movía, impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana, lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado, hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho, retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó, supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa, pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta, vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo, el río aún corría como un torrente, pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y, sin duda, hacia el pantano, había huellas, casi imperceptibles, que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada, roído hasta los huesos, estaba lo que había quedado del jamón.
``Después, chirriando y quejándose, la casa luchó con esfuerzo, soltándose..."
¿Qué le ocurrió a la casa en esta parte del cuento?
Alternativas
A) Se derrumbó.
B) Empezó a flotar.
C) Chocó contra el roble.
D) Se hundió hasta el fondo del río.
Respuesta
B
Se actualizará pronto.
El regalo
Enunciado
EL REGALO
¿Cuántos días -se preguntaba- había permanecido así sentada, mirando subir el nivel de las frías aguas turbias por la pendiente que se desmoronaba? Ella sólo podía recordar vagamente el comienzo de la lluvia, que se dirigía desde el sur a través del pantano y golpeaba contra el exterior de su casa. Después, el mismo río empezó a subir, despacio al principio, hasta que al fin se detuvo y empezó a descender. Hora tras hora se deslizó, abriendo arroyos y zanjas, desbordándose por terrenos planos. Por la noche, mientras ella dormía, se apoderó del camino y la rodeó, así es que ella se sentó sola, con su barca perdida y su casa como un objeto que la corriente había abandonado en la quebrada del río. Ahora, el agua tocaba incluso las tablas alquitranadas de los pilares. Y todavía subía.
Hasta donde ella podía ver, por sobre las copas de los árboles donde había estado la otra orilla, el pantano era un mar vacío, inundado por cortinas de lluvia; el río se perdía en alguna parte de esa inmensidad. Su casa, con piso de barca, había sido construida para que pudiera soportar justamente esa inundación, si ésta sucedía alguna vez, pero ya era vieja. Quizá los tablones de abajo estuviesen en parte podridos. Quizá el cable que amarraba la casa al enorme roble podría soltarse de repente y dejarla a merced de la corriente, como había ocurrido con la barca.
Ahora nadie podía llegar. Podía gritar, pero sería inútil, porque nadie la oiría. A todo lo largo y ancho del pantano, otros luchaban por salvar lo poco que podían, tal vez incluso sus vidas. Ella había visto pasar flotando una casa entera en un silencio tal, que le pareció estar asistiendo a un funeral. Cuando la vio, pensó que sabía de quién era la casa. Había sido horrible verla pasar a la deriva, pero sus moradores debían haber escapado a tierras más altas. Más tarde, cuando la lluvia y la oscuridad apremiaban, ella había oído río arriba el rugido de una pantera.
Ahora la casa a su alrededor parecía temblar como algo vivo. Alargó la mano para coger una lámpara que se deslizaba por la mesa al lado de su cama y se la puso entre los pies, para sujetarla firmemente. Después, chirriando y quejándose, la casa luchó con esfuerzo, soltándose del barro, y flotó libre como un corcho, meciéndose lentamente, empujada por la corriente del río. Se aferró al borde de la cama. Balanceándose de un lado a otro, la casa se movió hasta donde dio la amarra. Hubo una sacudida y un quejido de maderas viejas y luego una pausa. Lentamente, la corriente la soltó y dejó que se balanceara hacia atrás, arrastrándose, hasta su ubicación inicial. Ella aguantó la respiración y se sentó por un largo rato, sintiendo los lentos vaivenes. La oscuridad se colaba a través de la incesante lluvia y se durmió agarrada a la cama, con la cabeza apoyada en un brazo.
En algún momento, durante la noche, el grito la despertó, un sonido tan angustioso que se puso de pie antes de haberse despertado. En la oscuridad, tropezó contra la cama. Eso venía de afuera, del río. Podía oír algo que se movía, algo grande que hacía un ruido como una draga arrastrándose. Podía ser otra casa. Entonces algo chocó, no de frente, sino resbalando y deslizándose a lo largo de su casa. Era un árbol. Escuchó cómo las ramas y las hojas se desprendían y seguían corriente abajo, dejando sólo la lluvia y los remolinos de la inundación, sonidos ya tan constantes, que parecían formar parte del silencio. Encogida en la cama, estaba casi dormida de nuevo, cuando se escuchó un segundo grito y esta vez tan cerca que podría haber sido en la habitación. Escudriñando en la oscuridad, retrocedió en la cama hasta que su mano agarró la fría figura del rifle. Después, acurrucada sobre la almohada, meció el arma sobre las rodillas. "¿Quién anda ahí?" - dijo ella.
La respuesta fue otro grito, pero menos estridente, que sonaba a cansado; después llegó el silencio vacío que se adueñó de todo. Se apoyó contra el respaldo de la cama. Lo que fuera que estaba allí, lo podía oír moviéndose cerca de la entrada. Las tablas crujían y ella pudo distinguir el sonido de los objetos al ser derribados. Hubo un arañazo en la pared, como si rompiéndola alguien quisiera abrirse paso. Ahora sabía qué era eso, un enorme felino que el árbol arrancado de raíz le dejó al pasar. Había llegado con la inundación: un regalo.
Inconscientemente, apretó una mano contra su cara y su garganta anudada. El rifle se movió sobre sus rodillas. Nunca había visto una pantera en su vida. Había oído hablar de ellas y había oído de lejos sus rugidos, como de sufrimiento. El felino estaba arañando el muro otra vez, golpeando en la ventana de al lado de la puerta. Mientras vigilara la ventana y mantuviera cercado al felino entre el muro y el agua, enjaulado, ella estaría bien. Afuera, el animal se detuvo para raspar sus garras contra el mosquitero oxidado. De vez en cuando, gemía y gruñía.
Cuando por fin se filtró la luz a través de la lluvia, como otra especie de oscuridad, ella estaba aún sentada en la cama, tiesa y helada. Sus brazos, acostumbrados a remar en el río, le dolían de tenerlos quietos sujetando el rifle. Casi no se había permitido moverse por temor a que cualquier sonido animara al felino. Rígida, se balanceaba con el movimiento de la casa. La lluvia todavía caía como si no fuese a parar nunca. A través de la luz gris, finalmente, pudo ver la inundación y, a lo lejos, las formas nebulosas de las copas sumergidas de los árboles. El felino ahora no se movía. Quizá se había ido. Dejando a un lado el arma, se deslizó fuera de la cama y fue hasta la ventana sin hacer ruido. Ahí estaba todavía, agazapado al borde de la entrada, mirando hacia el roble, el punto de amarra de la casa, como si evaluara las posibilidades de saltar a una rama sobresaliente. No parecía tan aterrador ahora que podía verlo, con su pelaje áspero y apelotonado y sus costados enflaquecidos, mostrando las costillas. Sería fácil dispararle donde estaba sentado, moviendo la larga cola hacia delante y hacia atrás. Ella retrocedía para coger el arma, cuando el animal se dio vuelta. Sin ningún aviso, sin arquearse ni tensar los músculos, saltó hacía la ventana y rompió uno de los cristales. Ella cayó hacia atrás; sofocando un grito y cogiendo el rifle, disparó a la ventana. No podía ver a la pantera ahora, pero había fallado el tiro. Ésta empezó a ir y venir otra vez. Podía ver fugazmente su cabeza y el arco del lomo, al pasar por delante de la ventana.
Temblando, volvió a la cama y se tendió. El arrullador y constante sonido del río y la lluvia y el frío penetrante, la disuadieron de su propósito. Observaba la ventana y mantenía el arma preparada. Después de esperar un buen rato, volvió a mirar. La pantera se había dormido con la cabeza sobre las patas, como un gato doméstico. Por primera vez, desde que habían comenzado las lluvias, quiso llorar por ella misma, por toda la gente, por todo lo de la inundación. Deslizándose en la cama, se puso la colcha sobre los hombros. Debería haberse ido cuando pudo, mientras los caminos todavía estaban abiertos, o antes de que se hundiera su barca. Al bambolearse con el movimiento de la casa, un fuerte dolor de estómago le recordó que no había comido. No se podía acordar desde cuándo. Estaba muerta de hambre, como el felino. Pausadamente, fue a la cocina y encendió el fuego con los pocos leños que quedaban. Si la inundación continuaba, ella tendría que quemar la silla y quizá incluso la mesa. Descolgando del techo los restos de un jamón ahumado, cortó gruesas rebanadas de la carne rojiza y las puso en un sartén. Se mareó con el olor de la carne que se freía. Había unas galletas rancias de la última vez que cocinó y podía hacer un poco de café. Tenía agua de sobra.
Mientras preparaba su comida, casi se había olvidado del felino, hasta que éste gimió. También estaba hambriento. "Déjame comer" -ella le dijo-, "y luego me encargaré de ti". Y rió para sus adentros. Mientras colgaba en el clavo el resto del jamón, el felino emitió un gruñido gutural que hizo temblar su mano.
Después de haber comido, volvió a la cama y cogió el rifle. La casa había subido tanto, que ya no rozaba la pendiente cuando el río la empujaba hacia su lugar habitual.
La comida la había repuesto. Podía deshacerse del felino mientras se filtrara luz entre la lluvia. Ella se arrastró lentamente hasta la ventana. Allí estaba todavía gimiendo, empezando a moverse cerca de la entrada. Ella lo miró fijamente largo rato, sin miedo. Entonces, sin pensar en lo que hacía, dejó el rifle a un lado y bordeó la cama para dirigirse a la cocina. Detrás de ella, el felino se movía, impacientándose.
Descolgó lo que quedaba del jamón y regresando por el suelo bamboleante hasta la ventana, lo arrojó por el hueco del cristal roto. Al otro lado, hubo un rugido hambriento y una especie de corriente pasó desde el animal hacia ella. Asombrada de lo que había hecho, retrocedió hasta la cama. Podía oír los sonidos de la pantera desgarrando la carne. La casa se sacudió a su alrededor.
Cuando nuevamente se despertó, supo de inmediato que todo había cambiado. La lluvia había parado. Esperaba sentir el movimiento de la casa, pero ésta había dejado de flotar sobre el agua. Abriendo su puerta, vio un mundo diferente a través de la mosquitera rasgada. La casa reposaba en la pendiente donde siempre había estado. Unos cuantos metros más abajo, el río aún corría como un torrente, pero ya no ocupaba los escasos metros entre la casa y el roble. Y el felino había desaparecido. Desde la entrada hasta el roble y, sin duda, hacia el pantano, había huellas, casi imperceptibles, que ya desaparecían en el barro blando. Y ahí en la entrada, roído hasta los huesos, estaba lo que había quedado del jamón.
Cuando la mujer dice "y luego me encargaré de ti", quiere decir...
Alternativas
A) que está segura de que el felino no la dañará.
B) que está tratando de asustar al felino.
C) que tiene la intención de disparar al felino.
D) que está planeando alimentar al felino.
Respuesta
C
Se actualizará pronto.
Amanda y la duquesa
Enunciado
AMANDA Y LA DUQUESA
TEXTO 1
AMANDA Y LA DUQUESA
Resumen:
Desde la muerte de Leocadia, el Príncipe, que estaba enamorado de ella, no ha tenido consuelo. En una tienda llamada Réséda Soeurs, la Duquesa, que es tía del Príncipe, ha encontrado a una joven vendedora, Amanda, que se parece increíblemente a Leocadia. La Duquesa desea que Amanda la ayude a liberar al Príncipe de los recuerdos que lo persiguen.
Un cruce de caminos en los jardines del castillo, un banco circular alrededor de un pequeño obelisco... cae la tarde.
AMANDA
Todavía no entiendo. ¿Qué puedo hacer yo por él, señora? No puedo creer que haya pensado en la posibilidad... y ¿por qué yo? No soy especialmente bella. E incluso si alguien fuera muy bella, ¿quién podría interponerse de repente entre él y sus recuerdos?
LA DUQUESA
Nadie excepto usted.
AMANDA, sinceramente sorprendida
¿Yo?
LA DUQUESA
El mundo es tan tonto, hija mía. Sólo ve desfiles, gestos, insignias oficiales… debe ser por eso que nunca se lo han dicho. Pero mi corazón no me engaña. Casi grité en Réséda Soeurs la primera vez que la vi. Para alguien que conocía de ella más que sólo su imagen pública, usted es el vivo retrato de Leocadia.
Un silencio. Los pájaros nocturnos han tomado ya el lugar de los de la tarde. Los patios se han llenado de sombras y gorjeos.
AMANDA, muy amablemente
Realmente no creo que pueda, señora. No tengo nada, no soy nadie, y esos enamorados... ésa era mi fantasía. ¿Me entiende?
Se levanta. Como si estuviera a punto de irse, toma su pequeña maleta.
LA DUQUESA, también amablemente y muy desanimada
Por supuesto, querida. Discúlpeme.
Ella, a su vez, se levanta con dificultad, como una anciana. Se oye la campanilla de una bicicleta en el aire de la noche; ella se sobresalta.
¡Escuche…es él! Sólo deje que la vea, apoyada en este pequeño obelisco donde la conoció. Deje que la vea, aunque sólo sea esta única vez, deje que le grite algo, que se interese de repente por su parecido, mediante esta estratagema que le confesaré mañana y por la que me odiará; cualquier cosa antes de que esta muerta me lo arrebate con seguridad uno de estos días... (la coge por el brazo). Lo hará, ¿verdad? Se lo suplico humildemente, señorita. (La mira implorándole y añade enseguida:) Y entonces, de esa manera, usted lo verá también. Y… siento cómo me ruborizo de nuevo al decirle esto. -¡La vida es tan loca! Ésta es la tercera vez que me ruborizo en sesenta años y la segunda, en diez minutos- lo verá y si él pudiera alguna vez (¿por qué no él, si es guapo, encantador y no sería el primero?), si él pudiera tener la buena suerte, para él y para mí, de ser por un instante su fantasía… La campanilla suena otra vez en las sombras, pero ahora muy cerca.
AMANDA, en un susurro
¿Qué debo decirle?
LA DUQUESA, apretándole el brazo
Dígale simplemente: "Perdone, señor, ¿puede decirme por dónde se va al mar?"
Se apresura hacia las sombras más oscuras de los árboles. Justo a tiempo. Aparece una pálida mancha borrosa. Es el Príncipe en su bicicleta. Pasa muy cerca de la borrosa mancha de Amanda junto al obelisco. Ella murmura.
AMANDA
Perdone, señor…
Él se detiene, baja de la bicicleta, se quita el sombrero y la mira.
EL PRÍNCIPE
¿Sí?
AMANDA
¿Puede decirme por dónde se va al mar?
EL PRÍNCIPE
Tome la segunda calle a la izquierda.
Hace una reverencia triste y cortésmente, vuelve a montar la bicicleta y se aleja. La campanilla vuelve a oírse en la distancia. La Duquesa sale de las sombras, mucho más envejecida.
AMANDA, suavemente, después de un momento
No me reconoció…
LA DUQUESA
Estaba oscuro…Y además, ¿quién sabe qué rostro le atribuye él a ella ahora en sus sueños? (Pregunta tímidamente). El último tren ya ha partido, señorita. En todo caso, ¿no le gustaría quedarse en el castillo esta noche?
AMANDA, con voz extraña
Sí, señora.
Está completamente oscuro. Ya no se las puede ver entre las sombras y sólo se oye el viento entre los enormes árboles de los jardines.
CAE EL TELÓN
TEXTO 2
DEFINICIONES DE ALGUNOS OFICIOS DEL TEATRO
Actor: interpreta el papel de un personaje en escena.
Director: dirige y supervisa todos los aspectos de una obra. No sólo ubica a los actores, coordina sus entradas y salidas y dirige su actuación, sino que también sugiere el modo de interpretar el guión.
Encargados de vestuario: fabrican el vestuario a partir de un modelo.
Diseñador de escenografía: diseña modelos de escenografías y vestuario. Después, estos modelos son fabricados a medida en los talleres.
Productor escénico: se encarga de buscar la utilería necesaria. La palabra "utilería" se usa para designar todo lo que se puede mover: sillones, cartas, lámparas, ramos de flores, etc. La escenografía y el vestuario no forman parte de la utilería.
Técnico de sonido: se encarga de todos los efectos de sonido necesarios para la producción. Permanece en los controles durante la representación.
Asistente o técnico de iluminación: se encarga de la iluminación. También permanece en los controles durante la representación. La iluminación es tan sofisticada, que un teatro bien equipado puede ocupar a más de diez técnicos de iluminación.
¿De qué se trata este fragmento de la obra de teatro?
La Duquesa planea un truco:
Alternativas
A) para hacer que el Príncipe vaya a verla más a menudo.
B) para hacer que el Príncipe tome finalmente la decisión de casarse.
C) para hacer que Amanda logre que el Príncipe olvide su dolor.
D) para hacer que Amanda se vaya a vivir al castillo con ella.
Respuesta
C
Se actualizará pronto.
Amanda y la duquesa
Enunciado
AMANDA Y LA DUQUESA
TEXTO 1
AMANDA Y LA DUQUESA
Resumen:
Desde la muerte de Leocadia, el Príncipe, que estaba enamorado de ella, no ha tenido consuelo. En una tienda llamada Réséda Soeurs, la Duquesa, que es tía del Príncipe, ha encontrado a una joven vendedora, Amanda, que se parece increíblemente a Leocadia. La Duquesa desea que Amanda la ayude a liberar al Príncipe de los recuerdos que lo persiguen.
Un cruce de caminos en los jardines del castillo, un banco circular alrededor de un pequeño obelisco... cae la tarde.
AMANDA
Todavía no entiendo. ¿Qué puedo hacer yo por él, señora? No puedo creer que haya pensado en la posibilidad... y ¿por qué yo? No soy especialmente bella. E incluso si alguien fuera muy bella, ¿quién podría interponerse de repente entre él y sus recuerdos?
LA DUQUESA
Nadie excepto usted.
AMANDA, sinceramente sorprendida
¿Yo?
LA DUQUESA
El mundo es tan tonto, hija mía. Sólo ve desfiles, gestos, insignias oficiales… debe ser por eso que nunca se lo han dicho. Pero mi corazón no me engaña. Casi grité en Réséda Soeurs la primera vez que la vi. Para alguien que conocía de ella más que sólo su imagen pública, usted es el vivo retrato de Leocadia.
Un silencio. Los pájaros nocturnos han tomado ya el lugar de los de la tarde. Los patios se han llenado de sombras y gorjeos.
AMANDA, muy amablemente
Realmente no creo que pueda, señora. No tengo nada, no soy nadie, y esos enamorados... ésa era mi fantasía. ¿Me entiende?
Se levanta. Como si estuviera a punto de irse, toma su pequeña maleta.
LA DUQUESA, también amablemente y muy desanimada
Por supuesto, querida. Discúlpeme.
Ella, a su vez, se levanta con dificultad, como una anciana. Se oye la campanilla de una bicicleta en el aire de la noche; ella se sobresalta.
¡Escuche…es él! Sólo deje que la vea, apoyada en este pequeño obelisco donde la conoció. Deje que la vea, aunque sólo sea esta única vez, deje que le grite algo, que se interese de repente por su parecido, mediante esta estratagema que le confesaré mañana y por la que me odiará; cualquier cosa antes de que esta muerta me lo arrebate con seguridad uno de estos días... (la coge por el brazo). Lo hará, ¿verdad? Se lo suplico humildemente, señorita. (La mira implorándole y añade enseguida:) Y entonces, de esa manera, usted lo verá también. Y… siento cómo me ruborizo de nuevo al decirle esto. -¡La vida es tan loca! Ésta es la tercera vez que me ruborizo en sesenta años y la segunda, en diez minutos- lo verá y si él pudiera alguna vez (¿por qué no él, si es guapo, encantador y no sería el primero?), si él pudiera tener la buena suerte, para él y para mí, de ser por un instante su fantasía… La campanilla suena otra vez en las sombras, pero ahora muy cerca.
AMANDA, en un susurro
¿Qué debo decirle?
LA DUQUESA, apretándole el brazo
Dígale simplemente: "Perdone, señor, ¿puede decirme por dónde se va al mar?"
Se apresura hacia las sombras más oscuras de los árboles. Justo a tiempo. Aparece una pálida mancha borrosa. Es el Príncipe en su bicicleta. Pasa muy cerca de la borrosa mancha de Amanda junto al obelisco. Ella murmura.
AMANDA
Perdone, señor…
Él se detiene, baja de la bicicleta, se quita el sombrero y la mira.
EL PRÍNCIPE
¿Sí?
AMANDA
¿Puede decirme por dónde se va al mar?
EL PRÍNCIPE
Tome la segunda calle a la izquierda.
Hace una reverencia triste y cortésmente, vuelve a montar la bicicleta y se aleja. La campanilla vuelve a oírse en la distancia. La Duquesa sale de las sombras, mucho más envejecida.
AMANDA, suavemente, después de un momento
No me reconoció…
LA DUQUESA
Estaba oscuro…Y además, ¿quién sabe qué rostro le atribuye él a ella ahora en sus sueños? (Pregunta tímidamente). El último tren ya ha partido, señorita. En todo caso, ¿no le gustaría quedarse en el castillo esta noche?
AMANDA, con voz extraña
Sí, señora.
Está completamente oscuro. Ya no se las puede ver entre las sombras y sólo se oye el viento entre los enormes árboles de los jardines.
CAE EL TELÓN
TEXTO 2
DEFINICIONES DE ALGUNOS OFICIOS DEL TEATRO
Actor: interpreta el papel de un personaje en escena.
Director: dirige y supervisa todos los aspectos de una obra. No sólo ubica a los actores, coordina sus entradas y salidas y dirige su actuación, sino que también sugiere el modo de interpretar el guión.
Encargados de vestuario: fabrican el vestuario a partir de un modelo.
Diseñador de escenografía: diseña modelos de escenografías y vestuario. Después, estos modelos son fabricados a medida en los talleres.
Productor escénico: se encarga de buscar la utilería necesaria. La palabra "utilería" se usa para designar todo lo que se puede mover: sillones, cartas, lámparas, ramos de flores, etc. La escenografía y el vestuario no forman parte de la utilería.
Técnico de sonido: se encarga de todos los efectos de sonido necesarios para la producción. Permanece en los controles durante la representación.
Asistente o técnico de iluminación: se encarga de la iluminación. También permanece en los controles durante la representación. La iluminación es tan sofisticada, que un teatro bien equipado puede ocupar a más de diez técnicos de iluminación.
Casi al final del fragmento de la obra, Amanda dice: "No me reconoció…".
¿Qué quiere decir con eso?
Alternativas
A) Que el Príncipe no miró a Amanda.
B) Que el Príncipe no se dio cuenta de que Amanda era vendedora de tienda.
C) Que el Príncipe no se dio cuenta de que ya conocía a Amanda.
D) Que el Príncipe no advirtió de que Amanda se parecía a Leocadia.
Respuesta
D
Se actualizará pronto.